De conspiraciones y falsas banderas

Cuando se discute con conspiranoicos, rara es la ocasión en la que no te acusan de creerte todo lo que dicen los gobiernos y de pensar que no existen conspiraciones.  Como suele ser habitual en ellos, la lógica no es su fuerte y no les entra en la cabeza que decir que no existen pruebas de la conspiración concreta que se discute no significa que uno piense que vivimos en los Mundos de Yupi y que nunca ha habido conspiraciones.  Además, la Historia tampoco suele ser una materia que dominen mucho, así que no está mal que repasemos algunas conspiraciones reales.

Los idus de Marzo

Aunque, dado el tiempo que ha transcurrido, muchos detalles sobre la conspiración para asesinar a Julio César no están del todo claro, los hechos fundamentales son conocidos y nos podemos hacer una idea bastante clara de lo que pasó, gracias fundamentalmente a las crónicas de Plutarco y Suetonio.  Tras su victoria en la guerra civil con Pompeyo y sus aliados, César acumuló un poder sin precedentes en la República Romana.  Tal acumulación de poder hizo temer a muchos romanos (incluyendo muchos senadores y ciudadanos poderosos) que César quisiera proclamarse rey.  Para que nos hagamos una idea de lo que eso significaba para la mentalidad romana de la época, es como si hoy alguien en Estados Unidos propusiera eliminar al presidente y sustituirlo por la Reina de Inglaterra.  De hecho, la aversión romana por la monarquía era tan fuerte que ni siquiera durante los momentos de mayor poder, los emperadores romanos se atrevieron a usar el título de Rex.
A este descontento «ideológico» se unía el descontento económico de la clase senatorial.  César acumulaba tanto poder y títulos que no quedaba nada para los demás, y todo el que quisiera seguir una carrera política debería hacerlo a la sombra del dictador.
Por estas razones, entre otras, varios senadores tramaron un complot para asesinar a César en el Senado.  Probablemente participaran más, pero lo que sabemos seguro es que el principal organizador fue Cayo Casio Longino, que había luchado en el bando optimate contra César.  Al finalizar la guerra, recibió el perdón, igual que muchos de sus compañeros de bando.  Él fue el encargado de tantear al resto de conspiradores y reclutarlos.  Convencer a Marco Junio Bruto fue uno de sus grandes éxitos.  Bruto pertenecía a una familia muy prestigiosa y el que se uniera a los conspiradores indujo a bastantes senadores a unirse.

Morte di Giuglio Cesare, de Vincenzo Camuccini.

El plan consistía en convocar a César al Foro, con alguna excusa.  Una vez allí, se lo llevarían a un sitio apartado con la excusa de pedir el perdón para el hermano de Tulio Cimber y allí le matarían.  El pueblo les aclamaría como salvadores de la República y serían héroes… y los hombres fuertes del nuevo gobierno.
Como suele suceder cuando dos conocen un secreto y uno no está muerto, las noticias del complot empezaron a extenderse.  Un profesor de griego llamado Artemiodoro intentó avisar a César la mañana de los idus de que había escuchado una conversación entre los conjurados, pero no pudo hablar con él.  Escribió todo lo que había oído y le dio el papel a César, pero éste nunca lo leyó.  Marco Antonio recibió vagos informes sobre el tema.  Cuando lo hizo acudió al Foro para detener a César, pero los conspiradores aceleraron su plan y abordaron a César antes y lo llevaron a una habitación del Teatro de Pompeyo.  Allí, mientras leía la petición de perdón, Casca, uno de los conspiradores le apuñaló en el cuello.  En seguida, el resto de los senadores se unieron y le asestaron más de veinte puñaladas.
Sin embargo, la reacción del pueblo romano no fue la que esperaban.  César era muy popular entre las clases baja y media, y Marco Antonio manejó magistralmente la situación y la mayoría de los asesinos de César no sobrevivió a la persecución por parte de Marco Antonio y Octaviano.

Operación Himmler

Una de las cosas más del gusto de los conspiranoicos es la atribución de cualquier hecho a operaciones de bandera falsa, en las que un gobierno u organización finge un ataque haciéndose pasar por su enemigo.  Por supuesto que a lo largo de la Historia se han producido este tipo de operaciones, aunque mucho menos frecuentemente de lo que los conspiranoicos suelen alegar, ya que quien lo realiza corre un riesgo muy alto y, en caso de ser descubierto, la operación puede volverse en su contra.  Además, dado que estas operaciones suelen implicar el entrar en combate vistiendo uniformes de un ejército enemigo, son una violación de las Convenciones de Ginebra, que prohíben explícitamente el uso de uniformes enemigos en combate.  Un ejemplo de este tipo de operaciones fue la Operación Himmler, llevada a cabo por la Alemania nazi contra Polonia y que desencadenó la Segunda Guerra Mundial.
A lo largo de la década de 1930 Hitler había llegado al poder, reconstruido el ejército alemán y se había ido anexionando uno a uno varios territorios sobre los que alegaba derechos históricos: la cuenca del Sarre, Checoslovaquia, Austria… En todos los casos, las potencias occidentales (Gran Bretaña y Francia, principalmente) miraron hacia otro lado o simplemente se quejaron sin realizar ninguna acción.  En 1939 el siguiente objetivo era Polonia.  El 23 de Agosto de ese año, para sorpresa de todos, la Alemania nazi firmaba un tratado de no agresión con la comunista URSS.  Este tratado tenía unos protocolos secretos por los que ambos países acordaban repartirse el territorio polaco.  Y aunque eran secretos, no hacía falta ser ningún genio para olerse lo que implicaba este pacto, por lo que, cansado de ser engañado una y otra vez por Hitler, el primer ministro británico Neville Chamberlain envió una carta personal a Hitler en la que le avisaba de que si Alemania invadía Polonia sería la guerra.  Y Francia la respaldaría.
Esto sorprendió a Hitler, que no se esperaba estas amenazas después de los pactos de Múnich, pero los planes para invadir Polonia ya estaban trazados y no se iba a echar atrás.  Así que lo que hizo fue buscar una excusa que justificara la invasión de Polonia ante la comunidad internacional.  Para ello organizó la operación Himmler.  Varios comandos de las SS y el SD atacaron instalaciones fronterizas, atacaron poblaciones alemanas y realizaron actos de vandalismo.  Una de las acciones más importantes consistió en atacar y tomar durante varias horas la estación de radio de Gleiwitz y lanzar desde ella consignas antialemanas.  Para aumentar la evidencia contra los polacos, varios prisioneros de campos de concentración fueron ejecutados y tiroteados y abandonaron los cuerpos en las zonas de los incidentes con uniforme polaco.
Al día siguiente, usando como excusa estos ataques, el ejército alemán invadía Polonia.  Sin embargo, la operación Himmler fue un fracaso.  Ningún país se creyó la autoría polaca, y dos días después de la invasión de Polonia, Francia y Gran Bretaña declararon la guerra a Alemania.  La Segunda Guerra Mundial había comenzado.

Atentado de Sarajevo

Pocos atentados terroristas han tenido consecuencias tan trágicas como el asesinato del archiduque Francisco Fernando de Austria y su esposa en Sarajevo en 1914.  Como suele pasar, es difícil entender los hechos sin conocer un poco el contexto de los sucesos.
El Tratado de Berlín de 1878 adjudicaba a Austria-Hungría un mandato sobre la antigua posesión turca de Bosnia y reconocía al Reino de Serbia como un estado independiente.  En un principio, las relaciones entre Serbia y el Imperio Austrohúngaro fueron cordiales.  Sin embargo, en 1903 se produjo un golpe de estado en Serbia y se instaló un gobierno militarista y ultranacionalista más próximo que el anterior a Rusia y más hostil a Austria-Hungría y sus aliados, con los que empezó a tener más y más disputas, incrementando cada vez más la tensión internacional, al mismo tiempo que fomentaba el descontento de la población serbia en Austria-Hungría.
En esta situación, el archiduque Francisco Fernando de Austria, heredero del trono recibió el encargo de su tío, el emperador, de supervisar las maniobras militares que se realizarían en Bosnia-Herzegovina.  El archiduque aprovecharía la ocasión para visitar Sarajevo con su esposa e inaugurar un museo.  Hay que resaltar que Francisco Fernando era partidario de una profunda reforma del imperio, llevándolo hasta casi un estado federal, en el que las posesiones eslavas del imperio tendrían un peso equivalente al de Austria y al de Hungría.  Esto hubiera estabilizado enormemente el imperio y habría acabado con la influencia que tenía Serbia en el territorio austrohúngaro, por lo que, evidentemente, no era precisamente alguien muy apreciado por el gobierno ultranacionalista serbio.

Gavrilo Princip.

El servicio secreto serbio se encargó de organizar y proporcionar apoyo a un grupo terrorista bosnio llamado La Mano Negra, y le encargó el asesinato del archiduque.  El encargado de coordinar toda la operación fue Mehmed Mehmedbašić, que contó con armas y explosivos traídos de contrabando desde Serbia y con asesinos tanto bosnios como serbios.
La ejecución de la operación, sin embargo, fue un desastre.  El emperador y su séquito llegaron en tren a Sarajevo y se dirigieron en seis coches a realizar una inspección a unos cuarteles.  Cuando la comitiva pasó por delante de los dos primeros asesinos, armados con pistolas y bombas, éstos no pudieron atacar.  Poco después pasaron por delante del tercer asesino, Nedeljko Čabrinović, que arrojó una bomba que rebotó en el techo descapotable plegado del coche del archiduque y acabó destruyendo el coche que iba detrás, causando 20 heridos.  Čabrinović intentó suicidarse tomando una pastilla de cianuro y tirándose al río Miljaka, pero vomitó y el río, en esa época tenía poco más de 10cm de profundidad, así que fue detenido, después de que la multitud le diera una buena paliza que casi consigue hacer lo que el cianuro no pudo.
El resto de vehículos aceleraron para poner a salvo al archiduque, por lo que pasaron a gran velocidad por delante de Gavrilo Princip y otros dos terroristas, que no pudieron atacar.  Tras esto, se realizó la recepción prevista en el ayuntamiento, pero el archiduque decidió cambiar los planes e ir a visitar a los heridos del atentado al hospital.  El servicio de seguridad decidió tomar una ruta alternativa para evitar el centro de la ciudad, pero nadie cayó en comunicar el cambio al conductor, por lo que, de camino del hospital, el coche del archiduque tomó un giro incorrecto.  Cuando el conductor se dio cuenta del error, decidió dar marcha atrás, pero el motor se caló y se bloquearon las ruedas, quedando el coche parado enfrente de la tienda de comestibles Schindler’s delicatessen, justo en el momento en el que Gavrilo Princip salía de comprar algo de comer en ella abatido por el fracaso del atentado.  Después de recuperarse de la sorpresa, cogió su pistola e hirió al archiduque y a su esposa.
Princip fue detenido inmediatamente y la pareja llevada al palacio del gobernador para recibir asistencia médica, pero las heridas recibidas eran demasiado graves y ambos murieron.

Juicio de Sarajevo, con la mayoría de los implicados en el complot.

A excepción de Mehmedbašić, que logró escapar a Montenegro, todos los participantes en el complot, así como varios de los que intervinieron en el contrabando de las armas, fueron detenidos juzgados y sentenciados a diversas penas.  Durante el juicio fueron evidentes las conexiones de los terroristas con el gobierno serbio.  El gobierno austrohúngaro envió un ultimátum a Serbia exigiendo el cese de las actividades terroristas y varias exigencias más que fueron parcialmente rechazadas por Serbia, que movilizó a su ejército.  En respuesta a dicha movilización, el ejército austrohúngaro fue parcialmente movilizado y el Imperio Austrohúngaro le declaró la guerra a Serbia.  Pero, en virtud de tratados secretos, Francia y Rusia declararon la guerra a Austria-Hungría lo que, a su vez, provocó la movilización total del ejército austrohúngaro y la entrada de Alemania y el Imperio Otomano en la guerra, que a su vez, en una cascada de alianzas y temores, termina provocando la I Guerra Mundial.

¿Y las pseudoconspiraciones?

Como se puede ver, las conspiraciones y operaciones de falsa bandera reales distan mucho de las conspiraciones defendidas por los magufos.  En ellas, miles, si no decenas de miles de personas se coordinan impecablemente en complicados planes que nunca fallan.  No hay casualidades, todo está planeado y sale como se esperaba (excepto que cualquier panoli con una página web está al corriente de todos esos planes ultrasecretos).
Pero la realidad es otra.  Es tremendamente complicado organizar no ya a a miles, sino a unas pocas decenas de personas y que no salgan mal diez cosas.  Alguien se va de la lengua, como en el caso del asesinato de Cesar, la autoría del atentado es demasiado evidente, como en la Operación Himmler, o directamente todo el plan es una auténtica chapuza que resulta exitoso de puro milagro, como en Sarajevo.  Eso sin tener en cuenta que las consecuencias, muchas veces, son muy diferentes de lo planeado.  Un plan que no sea flexible, que no tenga en cuenta imprevistos, está condenado al fracaso.  Y desde luego, el secreto es casi imposible.  Tarde o temprano alguien habla, o aparece algún documento comprometedor.  Porque, a diferencia de lo que creen la mayoría de los magufos, no existe un gobierno en la sombra monolítico o una élite con un interés único.  Los conspiradores son personas, cada una con intereses diferentes (y a veces opuestos) que se unen debido a las circunstancias, pero que, cuando las cosas cambien, pueden cambiar (y cambian) de bando.  Esas son las auténticas conspiraciones.

  • De todas formas abundaré más tarde –unas tripas que rugen tienen siempre prioridad– en el porqué sí creo en las conspiraciones.

    Sería absurdo no creer en las conspiraciones. Lo que es absurdo es creer en cualquier conspiración que se le ocurra al primer iluminado de turno.

  • Javi dijo:

    @ HinJEniERo:
    Mira, no está mal como tema para otra entrada.

    Y muy ciertamente sería de agradecer

  • @ NoSoportoAEsteTio:
    La primera muestra de educación que tienes que ejercer es la honestidad.

  • Magistral artículo y magistral lección a los magufos, que veo que les hará mucho daño ajajajaja.

    Pobrecillos…vamos a repartir tiritas :-D

  • Como se nota que el discurso de JFK le ha dolido en lo mas profundo de su ego. ;-)

    Se ha cansado de repetir por activa y por pasiva que a los trolls «como yo» se nos mata si nos quita la comida, pero no, usted erre que erre dandonos de comer.

    Mire lo tiene muy facil, solo tiene que ignorarme, aplique en mi lo que usted mismo pregona para los de mi especie, usted sera mas feliz y yo seguire igual de feliz. ;-)

    Respecto al discurso de JFK…que quiere que le diga, usted solo se monta una pelicula de tres pares de narices y acaba acusandome de desfigurar el discurso, ¿no sera usted el que pretende desfigurarlo?.

    Voy a ponerlo en ingles sacado con todo su esfuerzo y empeño de donde usted mismo puso el enlace. :ok:

    Lo pondre seguido y sin cortes desde donde empieza lo bueno.

    My topic tonight is a more sober one of concern to publishers as well as editors.

    I want to talk about our common responsibilities in the face of a common danger. The events of recent weeks may have helped to illuminate that challenge for some; but the dimensions of its threat have loomed large on the horizon for many years. Whatever our hopes may be for the future–for reducing this threat or living with it–there is no escaping either the gravity or the totality of its challenge to our survival and to our security–a challenge that confronts us in unaccustomed ways in every sphere of human activity.

    This deadly challenge imposes upon our society two requirements of direct concern both to the press and to the President–two requirements that may seem almost contradictory in tone, but which must be reconciled and fulfilled if we are to meet this national peril. I refer, first, to the need for a far greater public information; and, second, to the need for far greater official secrecy.

    I

    The very word «secrecy» is repugnant in a free and open society; and we are as a people inherently and historically opposed to secret societies, to secret oaths and to secret proceedings. We decided long ago that the dangers of excessive and unwarranted concealment of pertinent facts far outweighed the dangers which are cited to justify it. Even today, there is little value in opposing the threat of a closed society by imitating its arbitrary restrictions. Even today, there is little value in insuring the survival of our nation if our traditions do not survive with it. And there is very grave danger that an announced need for increased security will be seized upon by those anxious to expand its meaning to the very limits of official censorship and concealment. That I do not intend to permit to the extent that it is in my control. And no official of my Administration, whether his rank is high or low, civilian or military, should interpret my words here tonight as an excuse to censor the news, to stifle dissent, to cover up our mistakes or to withhold from the press and the public the facts they deserve to know.

  • But I do ask every publisher, every editor, and every newsman in the nation to reexamine his own standards, and to recognize the nature of our country’s peril. In time of war, the government and the press have customarily joined in an effort based largely on self-discipline, to prevent unauthorized disclosures to the enemy. In time of «clear and present danger,» the courts have held that even the privileged rights of the First Amendment must yield to the public’s need for national security.

    Today no war has been declared–and however fierce the struggle may be, it may never be declared in the traditional fashion. Our way of life is under attack. Those who make themselves our enemy are advancing around the globe. The survival of our friends is in danger. And yet no war has been declared, no borders have been crossed by marching troops, no missiles have been fired.

    If the press is awaiting a declaration of war before it imposes the self-discipline of combat conditions, then I can only say that no war ever posed a greater threat to our security. If you are awaiting a finding of «clear and present danger,» then I can only say that the danger has never been more clear and its presence has never been more imminent.

    It requires a change in outlook, a change in tactics, a change in missions–by the government, by the people, by every businessman or labor leader, and by every newspaper. For we are opposed around the world by a monolithic and ruthless conspiracy that relies primarily on covert means for expanding its sphere of influence–on infiltration instead of invasion, on subversion instead of elections, on intimidation instead of free choice, on guerrillas by night instead of armies by day. It is a system which has conscripted vast human and material resources into the building of a tightly knit, highly efficient machine that combines military, diplomatic, intelligence, economic, scientific and political operations.

  • Its preparations are concealed, not published. Its mistakes are buried, not headlined. Its dissenters are silenced, not praised. No expenditure is questioned, no rumor is printed, no secret is revealed. It conducts the Cold War, in short, with a war-time discipline no democracy would ever hope or wish to match.

    Nevertheless, every democracy recognizes the necessary restraints of national security–and the question remains whether those restraints need to be more strictly observed if we are to oppose this kind of attack as well as outright invasion.

    For the facts of the matter are that this nation’s foes have openly boasted of acquiring through our newspapers information they would otherwise hire agents to acquire through theft, bribery or espionage; that details of this nation’s covert preparations to counter the enemy’s covert operations have been available to every newspaper reader, friend and foe alike; that the size, the strength, the location and the nature of our forces and weapons, and our plans and strategy for their use, have all been pinpointed in the press and other news media to a degree sufficient to satisfy any foreign power; and that, in at least in one case, the publication of details concerning a secret mechanism whereby satellites were followed required its alteration at the expense of considerable time and money.

    The newspapers which printed these stories were loyal, patriotic, responsible and well-meaning. Had we been engaged in open warfare, they undoubtedly would not have published such items. But in the absence of open warfare, they recognized only the tests of journalism and not the tests of national security. And my question tonight is whether additional tests should not now be adopted.

    The question is for you alone to answer. No public official should answer it for you. No governmental plan should impose its restraints against your will. But I would be failing in my duty to the nation, in considering all of the responsibilities that we now bear and all of the means at hand to meet those responsibilities, if I did not commend this problem to your attention, and urge its thoughtful consideration.

  • On many earlier occasions, I have said–and your newspapers have constantly said–that these are times that appeal to every citizen’s sense of sacrifice and self-discipline. They call out to every citizen to weigh his rights and comforts against his obligations to the common good. I cannot now believe that those citizens who serve in the newspaper business consider themselves exempt from that appeal.

    I have no intention of establishing a new Office of War Information to govern the flow of news. I am not suggesting any new forms of censorship or any new types of security classifications. I have no easy answer to the dilemma that I have posed, and would not seek to impose it if I had one. But I am asking the members of the newspaper profession and the industry in this country to reexamine their own responsibilities, to consider the degree and the nature of the present danger, and to heed the duty of self-restraint which that danger imposes upon us all.

    Every newspaper now asks itself, with respect to every story: «Is it news?» All I suggest is that you add the question: «Is it in the interest of the national security?» And I hope that every group in America–unions and businessmen and public officials at every level– will ask the same question of their endeavors, and subject their actions to the same exacting tests.

    And should the press of America consider and recommend the voluntary assumption of specific new steps or machinery, I can assure you that we will cooperate whole-heartedly with those recommendations.

    Perhaps there will be no recommendations. Perhaps there is no answer to the dilemma faced by a free and open society in a cold and secret war. In times of peace, any discussion of this subject, and any action that results, are both painful and without precedent. But this is a time of peace and peril which knows no precedent in history.

    II

    It is the unprecedented nature of this challenge that also gives rise to your second obligation–an obligation which I share. And that is our obligation to inform and alert the American people–to make certain that they possess all the facts that they need, and understand them as well–the perils, the prospects, the purposes of our program and the choices that we face.

  • No President should fear public scrutiny of his program. For from that scrutiny comes understanding; and from that understanding comes support or opposition. And both are necessary. I am not asking your newspapers to support the Administration, but I am asking your help in the tremendous task of informing and alerting the American people. For I have complete confidence in the response and dedication of our citizens whenever they are fully informed.

    I not only could not stifle controversy among your readers–I welcome it. This Administration intends to be candid about its errors; for as a wise man once said: «An error does not become a mistake until you refuse to correct it.» We intend to accept full responsibility for our errors; and we expect you to point them out when we miss them.

    Without debate, without criticism, no Administration and no country can succeed–and no republic can survive. That is why the Athenian lawmaker Solon decreed it a crime for any citizen to shrink from controversy. And that is why our press was protected by the First Amendment– the only business in America specifically protected by the Constitution- -not primarily to amuse and entertain, not to emphasize the trivial and the sentimental, not to simply «give the public what it wants»–but to inform, to arouse, to reflect, to state our dangers and our opportunities, to indicate our crises and our choices, to lead, mold, educate and sometimes even anger public opinion.

    This means greater coverage and analysis of international news–for it is no longer far away and foreign but close at hand and local. It means greater attention to improved understanding of the news as well as improved transmission. And it means, finally, that government at all levels, must meet its obligation to provide you with the fullest possible information outside the narrowest limits of national security–and we intend to do it.

    III

    It was early in the Seventeenth Century that Francis Bacon remarked on three recent inventions already transforming the world: the compass, gunpowder and the printing press. Now the links between the nations first forged by the compass have made us all citizens of the world, the hopes and threats of one becoming the hopes and threats of us all. In that one world’s efforts to live together, the evolution of gunpowder to its ultimate limit has warned mankind of the terrible consequences of failure.

    And so it is to the printing press–to the recorder of man’s deeds, the keeper of his conscience, the courier of his news–that we look for strength and assistance, confident that with your help man will be what he was born to be: free and independent.

  • Por ultimo, pongo un video del discurso por si alguien no quiere leerlo, donde se puede escuchar al propio JFK de viva voz en parte de su discurso, dura 7 minutejos.
    http://www.youtube.com/watch?v=-ausCdOtbSo&feature=related

    Que cada cual saque sus conclusiones.

  • @000

    Y aparte del espiritismo y de que no sabe usted inglés,

    ¿que otras cosas cree que tiene la obligación de mostrarnos?

    Es que hay gente que no cobramos por estar aquí, esto es para muchos de nosotros un pasatiempo, como el ver un partido de futbol o discutir de política o economía en el bar con los amigos. Claro que hay broncas, pero al final seguimos con las cervezas y siendo tan amigos hasta la próxima vez…

    En este caso, si estan los emolumentos de por medio, las discusiones pueden tomar otro cariz.

  • Se me olvidaba :facepalm:, todo esto va dirijido para mi buen amigo Javi.

    @ Javi:

    Tambien decirle que yo tambien me he tomado la molestia y he procurado que ese discurso se lo leyera una persona inglesa vecina mia y lo que interpreta de ese discurso es lo mismito que interpreto yo y muchisima gente mas, si usted interpreta otra cosa….perfecto.

    Vaya con Dios.

    :saludo:

  • @ Reflexiones profundas:

    Todo bien.

    :saludo:

  • Conspiraciones ha habido siempre y seguro que ahora mismo existan, otro cantar es el maguferio que se monta en torno a Nibirus, alucinakis y peta-Zetas. Son sandeces que la gente se inventa porque está ávida de ganas de creer en cosas increíbles.
    Por cierto, ya podemos comprar nuestro billete para escapar del temido 2012: http://escapeearth2012.com/ :meparto:

  • Tambien decirle que yo tambien me he tomado la molestia y he procurado que ese discurso se lo leyera una persona inglesa vecina mia

    Pues presenteselo a hydeh, porque se forma unos jaleos con el google translator que no veas.

    Por cierto, recuerde que en EE.UU el inglés no es el mismo que en Gran Bretaña, pasa lo mismo con el castellano que hablamos en España y el que se habla en latinoamericana.

    Nos tocó la polla

    puede ser sinónimo de juerga en ambos lugares separados por el oceano atlántico, pero por razones totalmente distintas.

    Y como se le ocurra decirle a una argentina, ven que te toque un poco la cola (refiriendose usted a su peinado) se puede llevar una hostia que no tiene que ver con las consagradas. :nose:

  • Cabe decir que inventar una invasión de otro grupo, llamarla encubierta y fomentar la histeria colectiva para vender conferencias y libros podría ser una especie de operación de falsa bandera… ¿Será que los magufos son los conspiradores y no los conspirados?
    En cuanto a lo anterior que puse, anexo lo que se habló de la dictadura española, y evocando la dictadura argentina hay que decir que ahí tienen poderes ocultos del gobierno para callar información y personas, y por más escondidos que quisieran ser, la gente sabía bien lo que pasaba, y los ejecutores no eran gente muy limpita que digamos… Ése es otro ejemplo que nos da a entender lo difícil y ilusorio de la idea de una conspiración taaaan prolija llevada por millones de personas durante cientos o miles de años…

    Y 000, perdona, pero no me extrañaría que lo de tu vecino inglés sea un dato inventado para darle fuerza a tu argumento. Enójate si quieres, pero en el boca en boca a ustedes los paranoicos se les da muy bien «condimentar» las historias que cuentan de forma «poco honesta» en una suerte de «el fin justifica los medios». Preocupate un poco más de escuchar y entender cuando se te habla que de apasionarte cuando te gusta mucho una idea y te haces un fap fap mental… Y la mayoría sinó todos los que han vivido fenómenos extraterrestres son mentiras con aires de fanfic, que justamente aparecen de locos que inventan para reforzar lo que ellos creen cierto. Bueno, y un gran porcentaje son locos alucinando, pero pobrecitos, a ellos no les tiremos piedras!
    Como dice Serrat, «Te guste o no»…

  • @ Reflexiones profundas:

    No se preocupe, esta noche tengo que ver a mi vecino y le hare saber que me ha dicho que se vuelva a leer el discurso ya que esta escrito en USA y a lo mejor no lo entiende bien. :meparto:

    No se me preocupe que ya le contare su respuesta. ;-)

    Por cierto, cuando me dijo esto:

    Y aparte del espiritismo y de que no sabe usted inglés,

    ¿que otras cosas cree que tiene la obligación de mostrarnos?

    Es que hay gente que no cobramos por estar aquí, esto es para muchos de nosotros un pasatiempo, como el ver un partido de futbol o discutir de política o economía en el bar con los amigos. Claro que hay broncas, pero al final seguimos con las cervezas y siendo tan amigos hasta la próxima vez…

    En este caso, si estan los emolumentos de por medio, las discusiones pueden tomar otro cariz.

    No le entendi, pero me di una vuelta por offtopic y encontre este comentario de Persona:

    Creo que tiene algo que ver con esto…

    http://blogs.elcorreo.com/magonia/2011/10/19/el-ayuntamiento-de-santander-patrocina-un-congreso-de-defensores-de-la-tierra-hueca-y-conspiranoicos-del-fluor/#disqus_thread

    http://cienciayespiritu.wordpress.com/2011/10/21/anulamos-el-ix-congreso-de-ciencia-y-espiritu-en-santander/

    Y el que aún crea que el/los trolls que firman como parapzikologo/Uri Geller/Jero/000/hydeh/creyente, etc etc… no están motivados económicamente es que es muy pero que muy inocente.

    Sun saludo

    !No me joda que se esta planteando tamaña estupidez!
    :meparto:

    Le creo mas inteligente, no me defraude. ;-)

  • @ Joan:

    Joan, no te estoy pidiendo que me creas ni tan siquiera que me respondas, solo quiero que seas consecuente.
    Leete el discurso integro, si no sabes ingles busca alguien que lo sepa «si es un nativo mejor», y si no lo encuentras utiliza un translator. Cuando sepas por fin lo que dijo JFK en ese discurso, solo te quedara una cosa…sacar tu propia conclusion. ;-)

    PD
    No estic enfadat amb tu, soles aspere que tu tampoc ho estiguis amb mi. ;-)

  • @ 000:
    1. La próxima vez, hace como yo, y en lugar de llenar el hilo con el discurso completo de Kennedy, pone el enlace.

    2. ¿Es o no es verdad que ha cortado partes fundamentales del discurso de Kennedy cambiándole el sentido?

    3. Que su amigo sea inglés no le da ningún plus de credibilidad. ¿Sabe su amigo inglés algo sobre la guerra fría? ¿Sobre la situación política en 1962?

    4. ¿Se lo ha leído usted, o simplemente se ha tragado lo que le decían en el vídeo de youtube?

    5. ¿Se ha enterado ya de que la gigantesca amenaza de la que habla Kennedy es la amenaza comunista o se lo tengo que dibujar?

    Cuánto tonto y qué pocas balas. :facepalm:

  • @ 000:
    No estoy enfadado con usted, no se preocupe. Simplemente, repito, te guste o no, la costumbre de condimentar con datitos falsos las teorías más improbables es algo que pasa y se ve a diario. Cuando un vuelo comercial ve una mancha a lo lejos, se asusta y lo dice a la base de control, y esta manda a dos jets a revisar el asunto y estos no encuentran nad, a los meses, de boca en boca, se termina diciendo que los pilotos de los jets persiguieron a esa mancha durante 15 minutos a 100 km por hora. Te guste o no, el asunto de las abducciones resultó ser un fraude llevado a cabo por showmen que les implantaban recuerdos a sus pacientes subconscientemente. Y te enteras de esto pero aún así sigues dándole crédito a las historias de contactos extraterrestres? Entonces disculpa, pero muy despierto no eres… Por cierto, los mitómanos se entusiasman tanto cuando captan la atención con sus cuentos que se sobreemocionan visiblemente, lo cual explica muy bien el porqué de los «contactados» emocionados 30 o 40 años después: deben pensar «mira pues tú! sí que he llegado lejos!!!» mientras le agregan cada vez más salsitas a la historia…
    Y con el asunto del discurso, el hecho de que el fragmento que mostraste en el principio haya estado tan deformado en relación con el original, disculpa, pero te descalifica completamente como fuente confiable de información. Perdona, pero debo ser concecuenta ;)
    Bon dia!

  • @ Joan:

    Cabe decir que inventar una invasión de otro grupo, llamarla encubierta y fomentar la histeria colectiva para vender conferencias y libros podría ser una especie de operación de falsa bandera…

    Pues sí, como ya le he dicho antes a HinJeNieRo, me lo apunto para otra entrada. Mientras:
    http://lapulgasnob.blogspot.com/2009/11/encubrimiento.html

    Y 000, perdona, pero no me extrañaría que lo de tu vecino inglés sea un dato inventado para darle fuerza a tu argumento.

    Nooooo, ¿de verdad piensas que 000/Allan Kardek puede mentir? Qué malo eres.

  • Señor 000, yo estoy en este blog porque me gusta entablar conversaciones con la gente.

    Me gusta hablar y debatir sobre creencias, ocurrencias, ciencia, etc, etc, pero me gusta que la gente que debata tengas las mismas motivaciones que yo.

    Si en algún momento se mezclan las motivaciones económicas, ya no existe un debate justo y honesto.

  • No se preocupe, esta noche tengo que ver a mi vecino y le hare saber que me ha dicho que se vuelva a leer el discurso ya que esta escrito en USA y a lo mejor no lo entiende bien.

    No se me preocupe que ya le contare su respuesta.

    ¿hacemos una polla para ver quien acierta el resultado?

  • @ Reflexiones profundas:
    Reflexiones profundas dijo:

    Señor 000, yo estoy en este blog porque me gusta entablar conversaciones con la gente.
    Me gusta hablar y debatir sobre creencias, ocurrencias, ciencia, etc, etc, pero me gusta que la gente que debata tengas las mismas motivaciones que yo.
    Si en algún momento se mezclan las motivaciones económicas, ya no existe un debate justo y honesto.

    Claro, por eso usted cree que a mi me pagan. :meparto:

  • Reflexiones profundas dijo:

    No se preocupe, esta noche tengo que ver a mi vecino y le hare saber que me ha dicho que se vuelva a leer el discurso ya que esta escrito en USA y a lo mejor no lo entiende bien.
    No se me preocupe que ya le contare su respuesta.
    ¿hacemos una polla para ver quien acierta el resultado?

    No, mejor se me come unas conchas bien calentitas en Argentina. :meparto:



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