Si el SARS-CoV-2 se creó en un laboratorio y hubo un escape, ¿cómo es posible que se detectase el virus en las aguas residuales de Barcelona en marzo de 2019?

En mi entrada anterior, en la que insinuaba la posibilidad de que el virus del COVID19 se hubiese escapado accidentalmente del Instituto VIrológico de Wuhan, un lector me preguntaba cómo encajaba en esta teoría el hallazgo del virus en marzo de 2019 en las aguas residuales de Barcelona.

La noticia fue impactante en su día, pero resulta que no solo se encontraron en las aguas de Barcelona. Otros países  detectaron la presencia del nuevo coronavirus en muestras de aguas residuales recolectadas semanas o meses antes del primer caso registrado oficialmente en la ciudad china de Wuhan, considerado como el origen de la actual pandemia.

Por ejemplo, un equipo dirigido por investigadores de la Universidad Federal de Santa Catarina (UFSC) analizó seis muestras de 200 ml de aguas residuales crudas congeladas, recolectadas en Florianópolis (Brasil) del 30 de octubre de 2019 al 4 de marzo de 2020.

El resultado de la investigación se plasmó en un artículo, que aún no ha sido sometido a la revisión de otros académicos, en el que señalan que la presencia del virus se detectó a partir del 27 de noviembre de 2019

Según los investigadores, el virus se identificó en las muestras de aguas residuales utilizando la prueba RT-PCR, capaz de detectar la presencia de SARS-CoV-2 por mínimas que sean.

Un estudio desarrollado por el instituto Nacional del Cáncer de Milán, evidencia que cuatro casos positivos identificados en Italia datan de octubre de 2019.

Otra investigación realizada en China revela que ya existían casos en noviembre de 2019 en Wuhan en base al análisis de las imágenes por satélite de la ciudad y las búsquedas en internet de la región. El estudio sugiere que los primeros casos en la ciudad china podrían haber comenzado a aparecer al final del verano de 2019.

Entre el 18 y el 27 de octubre se celebraron en Wuhan los Juegos Mundiales Militares de 2019, y varios militares españoles y estadounidenses enfermaron con síntomas similares a la Covid-19 durante o después de ese evento deportivo.

Trabajadores de salud de hospitales de Madrid me han confirmado personalmente, que en el otoño de 2019 hubieron unos casos de neumonía muy raros, que no se asemejaban a los típicos que ocurrían otros años al llegar el frío a España.

Todos estos datos, nos hacen pensar que el virus se propagaba por China sín control durante el último trimestre de 2019, y que se empezaron a exportar casos por otros países desde finales de octubre y noviembre.

Y repito, el gobierno de China en vez de cerrar sus fronteras y avisar del incidente a la comunidad internacional, se dedicó a tratar de ocultar el incidente, y medrar con la OMS para tratar de minusvalorar la amenaza del virus.

Pero lo que no encaja en este dibujo es el dato de Barcelona. Se detectó solo en la muestra de un día: el 12 de marzo de 2019. En ningún otro día posterior.

Durante unas semanas se pudieron confundir los síntomas de esta enfermedad con la de otras clásicas sin que el número de casos despertase las sospechas de que se estaba ante una amenaza nueva. Pero todos hemos visto la curva de contagios de este virus, y sobre todo, la curva de mortalidad. Si el virus hubiese estado presente en marzo en Barcelona, esa propagación no podría haberse disimulado, y se habría evidenciado.

Y entonces, ¿cómo es posible que diese positivo en una prueba PCR?

Si tienes curiosidad sobre cómo funciona una prueba PCR puedes visitar esta entrada de mi blog en la que lo explico. Las PCR tienen una fiabilidad altísima, y si dan positivo, es que en la muestra existía la secuencia de genoma que se utiliza como diana. Pero no son infalibles, aunque no por el proceso en sí de la replicación múltiple, sino por el propio proceso de manipulación de las muestras.

En un documento del SANAC (Sociedad Andaluza de Análisis Clínicos) se dice:

Los resultados falsos positivos son menos frecuentes (que los falsos negativos), y están debidos en menor proporción al proceso pre-analítico, y más frecuentemente al proceso analítico, aunque el fabricante estime el 100% de Especificidad, esas cifras son difíciles de conseguir, ya que nos encontramos por lo general una metodología poco automatizada, con mucha manipulación e intervención del personal, lo que aumenta el porcentaje de error. Entre las causas más frecuentes nos encontramos con la contaminación de una muestra positiva analizada al mismo tiempo (contaminación cruzada) con otra negativa; o más probablemente de genes amplificados de muestras positivas anteriores o controles positivos (contaminación por arrastre); incluso encontrando los controles en rango pueden aparecer errores aleatorios. La amplificación de los ácidos nucleicos hace que los ensayos basados en PCR sean muy sensibles, pero también muy vulnerables a niveles diminutos de contaminación de la muestra, que pueden producir falsos positivos, no pudiéndose distinguir de los verdaderos positivos.

Así que, lo más probable (aunque no se pueda afirmar categóricamente) es que el resultado del análisis de las aguas de Barcelona sea un falso positivo. Desde luego, no se volvió a insistir sobre ese análisis, y las muestras sobre las que se hicieron ya no están disponibles, por lo que no se puede hacer un contra-análisis.



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