La terrorífica y falsa historia de la familia Buckley

Buckley

Terrorífica historia. Falsa, pero terrorífica. Circula estos días por las redes sociales:

Esta es la familia Buckley. Los nombres de los niños eran Susan y John.

Como una broma de Halloween, todos los niños del vecindario iban a conseguir un maniquí y simular que le cortaban la cabeza.

Susan y John pensaron que sería una mejor broma matar a su propia madre, así que cuando llegaron a la puerta de la casa, tomaron un hacha y la degollaron.

Una vez que los niños se dieron cuenta lo que realmente habían hecho, llamaron a la policía, pero los Buckley ya había partido.

La única imagen de ellos es esta fotografía, tomada por uno de los que pedían trato o truco. El cuerpo de la madre se encontró después.

Desgraciadamente en ocasiones la realidad supera la ficción, y que un hijo pierda la cabeza y le haga literalmente “perder” la suya a su madre es algo que en ocasiones aparece en la sección de sucesos de los periódicos. Por ejemplo, el año pasado en Nueva York, un joven de 23 años acuchilló a su madre, la desmembró y la decapitó. Después de esta estremecedora carnicería, el angelito tomó la cabeza de su madre por los pelos con una mano, y con la otra su móvil, y se hizo un selfie.

Es cierto que en la época de la familia Buckley, hacerse una fotografía no era algo tan cotidiano como en la actualidad, y mucho menos lo sería que el fotógrafo se prestase a inmortalizar esta escena.

Este caso empezó con algo tan mundano como una foto familiar antigua.

foto familiar

La foto cayó en manos de Edward Allen, un artista gráfico que tomando fotografías antiguas, las edita para hacerlas terroríficas y luego las vende en su sitio, Haunted Memories. Separó la cabeza de la madre, le añadió un hacha a la hija y le dobló el brazo al niño, en cuya mano colocó la cabeza de su madre. Tituló a su obra “matricidio en el oeste”.

Siempre me gustó esta fotografía y desde hace tiempo tenía pendiente dedicarle unas horas de mi tiempo. Creo que tiene un halo aterrador, provocado por la iluminación, el paisaje desolado y la expresión de las caras de los protagonistas.

Los cambios son sutiles, pero con un resultado sorprendente. He difuminado la cara de la madre para darle una sensación de movimiento. Los cambios son tan mínimos que se hacen difíciles de apreciar, lo que provoca la sorpresa de la gente.

Uno de esos personajes que se divierten creando historias con las que engañar a la gente vio la fotografía, y creó un bulo que periódicamente reaparece y permanece en la red durante un tiempo.

 

Fuente: snoopes



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