De como se crearon los dioses.
Cada vez que un físico teórico, sea de la talla que sea, nos proclama ufano que ha llegado a la conclusión que Dios es innecesario para la creación del Universo, se me dibuja en la cara una media sonrisa. No se trata de estar en contra de esos deseos integradores del todo que tal ciencia universal nos propone, sino mas bien me hace reflexionar sobre la escasez de las premisas que tales proposiciones se afanan en presentarnos, y mas si tenemos en cuenta que sus propias hipótesis nos hablan de posibles realidades infinitas donde todo entra dentro de lo posible, y por tanto la existencia de una singularidad asimilable a las figuras divinas.
Yo, aún lejos de desestimar la labor de tales mentes, no dejo de pensar que el Antropoceno, como concepto, tiene parcas posibilidades de ser volcado en conjeturas matemáticas, y esto es porque estamos ante una “creación” del hombre, y aunque pudiéramos explicar su física cerebral, el motor, resultaría ajeno a tales conocimientos el porque de la necesidad de la existencia de los dioses.