Un campo magnético nuevo para Marte

La terraformación de Marte, o al menos, la mejora de las condiciones para establecer una colonia permanente en ese planeta, pasa por dotarle de un campo magnético que le proteja del bombardeo de partículas provenientes del sol.

Una vez desprovisto de su campo magnético, que desviaba las partículas del viento solar, ese chorro provocó la desaparición de la atmósfera marciana, de la misma manera que se desintegra una flor de diente de león cuando la soplamos.

La pérdida de la atmósfera, provocó la bajada de la temperatura y la esterilización de la superficie del planeta.

Una futura colonia que habite Marte tiene que protegerse de esta radiación, ya que deberá de vivir en el planeta dos años antes de poder volver. La ventana que posibilita un tránsito entre los dos planetas ocurre con esa periodicidad.

Tendrán por tanto estos astronautas que protegerse en el subsuelo, o en construcciones con el suficiente apantallamiento, para evitar que la exposición prolongada a la radiación del sol y los rayos cósmicos pueda alterar su organismo haciéndoles enfermar.

En el siguiente vídeo podéis ver una cámara de niebla, que es un depósito que contiene vapor de agua superenfriado, utilizado para detectar las partículas de radiación ionizante que entran en la atmósfera. Se ha grabado en la superficie de la Tierra, que está protegida por un potente campo magnético. Imaginad como es el flujo de radicación en el espacio exterior, o en la superficie de Marte.

CYT-2. APRENDE: Experimento Cámara de Niebla

El rover Curiosity ha medido la radiación a la que se vería sometido un astronauta en su viaje y estancia en Marte. Es equivalente a 50.000 radiografías. Esto aumenta de manera muy significativa el riesgo de padecer un cáncer mortal.

Ante esto, se están retomando antiguos proyectos para establecer un campo magnético en Marte. Actualmente se manejan dos opciones.

La solución de NASA

NASA plantea colocar un dipolo magnético en el punto de Lagrange 1. Como ya he comentado en otras ocasiones, los puntos de Lagrange son cinco posiciones en un sistema orbital (planeta y estrella) donde un objeto pequeño puede estar estacionario respecto a dos objetos más grandes. El punto L1 de un sistema orbital se encuentra en una posición entre ambos cuerpos. El campo magnético que originaría este dipolo, sería capaz de desviar las partículas del sol fuera de la superficie de Marte.

La solución de Ruth A. Bamford

Ruth Bamford, física de la Universidad de Oxford, junto con un equipo de científicos, propuso hace unas semanas una solución alternativa, igual de eficiente o más que la solución de NASA, pero que requiere menor cantidad de energía para su funcionamiento.

Consiste en la utilización del satélite natural de Marte Fobos, que da una vuelta completa al planeta cada 8 horas, para colocar en él un generador de partículas ionizadas. Estas partículas crearían una estructura toroidal (con forma de donut) alrededor del planeta, que desviaría las partículas del sol.

El efecto de crear este campo magnético, no es solo proteger a los astronautas que colonicen Marte, sino que también permitiría que la atmósfera del planeta se fuese regenerando. Esto sería un proceso muy lento, pero ¿quien sabe? Quizá esto animaría a Elon Musk a detonar bombas nucleares en el polo sur de Marte, lo que liberaría enormes cantidades de vapor de agua y dióxido de carbono a la atmósfera. Y una vez bajo la protección de un nuevo campo magnético, estos gases no volverían a volatilizarse, permitiendo que aumente la temperatura de la superficie.

Nos queda mucho que ver todavía con respecto al futuro del hombre en Marte. ¡A ver cuánto nos da tiempo de presenciar!

  • ¡Uf! Y ¿No habría que pensar también en algún «escudo» parecido para la Tierra, en previsión de llamaradas o pulsos solares demasiado intensos para nuestras redes eléctricas y de comunicaciones? Es que también se ha dicho bastante que esa es una amenaza potencial factible que, de llegar a darse, nos haría polvo casi cual meteorito gigante…

    Bueno ¡yo qué sé!: Por lo menos en el «Cuarto Milenio» de Iker Jiménez sí que han sacado ese tema alguna que otra vez, y más o menos en esos términos medio apocalípticos.

    Por otro lado, a vueltas con la atmósfera de nuestro propio planeta, sobre la que todavía no nos ponemos de acuerdo en hasta qué punto somos o no somos nosotros los que la estamos desestabilizando, ensuciando o fastidiando de maneras irreversibles, digo yo: ¿Podemos estar tan seguros de llegar a saber confeccionarle una atmósfera nueva, estable e impoluta a otro planeta?

    No es por ser agorero, que la idea a mí me entusiasma como al que más. Pero si no tenemos aún unánimemente claro el cómo «manejar» nuestra propia atmósfera de aquí, no sé yo qué esperar de algo de tal magnitud y tan sin precedentes como ese «saber hacerle una atmósfera nueva a un planeta»… Aunque desde luego que también asumo que eso sería para un futuro aún bastante lejano y, por fuerza, más avanzado. No para ahora, claro.

    Saludos.

  • Buenas @ Alexis:

    ¿No habría que pensar también en algún “escudo” parecido para la Tierra, en previsión de llamaradas o pulsos solares demasiado intensos para nuestras redes eléctricas y de comunicaciones?

    En la tierra no tenemos un escudo que pueda evitar lo que comentas (llamaradas o pulsos solares demasiado intensos), disponemos del campo magnético generado por el núcleo terrestre que permite la vida y las telecomunicaciones que hasta ahora conocemos, pero si de verdad ocurriese un episodio grave de CME (explosión de masa coronal) en dirección a la tierra, las redes eléctricas, comunicaciones y demás se podrían ver afectadas, y dependiendo de su intensidad y duración, incluso la vida.
    Podemos ver los efectos de los vientos solares en la tierra, en aquellas partes donde el campo magnético terrestre es más débil y gracias a ello podemos observar las auroras boreales, que no son más que el viento solar impactando contra nuestro campo magnético.

    https://es.m.wikipedia.org/wiki/Magnetosfera

    https://es.m.wikipedia.org/wiki/Eyecci%C3%B3n_de_masa_coronal#:~:text=Esta%20onda%20es%20muy%20peligrosa,que%20hay%20una%20tormenta%20solar.

    Por otro lado, a vueltas con la atmósfera de nuestro propio planeta, sobre la que todavía no nos ponemos de acuerdo en hasta qué punto somos o no somos nosotros los que la estamos desestabilizando, ensuciando o fastidiando de maneras irreversibles, digo yo: ¿Podemos estar tan seguros de llegar a saber confeccionarle una atmósfera nueva, estable e impoluta a otro planeta?

    Amén hermano, aquí en la Tierra todavía hay quien quiere extraer petróleo y minerales del Ártico, primando como no, la economía por encima del planeta. Además, ¿de quién sería el nuevo planeta?, ¿quién tendría los derechos de explotación?, ¿se haría algo parecido a lo que ocurre en la Antártida?, ¿cómo se iba a repartir? ¿Quién llegue antes?

    En la serie de cortos «Love, Death & robots» hay un capitulo que refleja bastante la estupidez humana (When yogurt took over), y como un super yogurt creado artificialmente nos tiene que salvar las posaderas de todos los problemas, ya que ni los políticos ni nosotros mismos somos capaces. Pero al final del capítulo se ve como es el yogurt quien emprende un viaje espacial para colonizar otros planetas. Se puede entender que el yogurt es una empresa privada humana, pero, ¿es la humanidad?, ¿de verdad nos representa como sociedad o solo a sus intereses?

    https://m.filmaffinity.com/es/movie.php?id=616511

    Ese mismo conflicto podría darse, sino lo está haciendo ya, en la tierra y lo mismo podría ocurrir en Marte o cualquier otro planeta, ¿es de la Humanidad, de una empresa privada o de quién llegue antes?

    “Tenemos que ir más allá de nuestra propia existencia. No podemos pensar como individuos, sino como especie.” Y esto no es que vaya a costarnos, es que casi es una utopía.

  • @ Invita2:

    Sí, gracias. Por supuesto que me consta que nosotros tenemos nuestro propio y flamante campo magnético, que nos protege y nos es tan indispensable como la propia atmósfera en sí. Y lo de las auroras boreales y tal.
    Lo que pasa es que, al leer sobre esos proyectos acerca de artificios para suplir la falta de campo magnético en Marte, de repente se me ocurrió preguntarme hasta qué punto hay o no hay ideas en curso de ese estilo para prevenir, aquí abajo, el peligro de esas posibles CME (y ahí sí que no recordaba yo que se denominaban concretamente así) de intensidades excepcionales, y que tanto daño nos podrían causar de ser el caso.
    Y así aproveché para echar al aire la pregunta.

    Que, al fin y al cabo, para posibles futuras trifulcas con aerolitos descarriados últimamente sí se ha puesto en marcha un experimento para intentar desviar uno ¿no?

  • @ Alexis:

    He malentendido tu comentario entonces.
    Un escudo como tal no, o lo desconozco, que recuerde, había un proyecto para alertar «en tiempo real» de las tormentas solares y los picos más altos de actividad en el sol, curiosamente, el proyecto se llama o se llamaba «Solar Shield» (escudo solar):

    https://www.abc.es/ciencia/nasa-prepara-escudo-para-201010290000_noticia_amp.html

    https://www.lainformacion.com/tecnologia/tormentas-solares-NASA-ESCUDO_0_962605012.html/

    https://science.nasa.gov/science-news/science-at-nasa/2010/26oct_solarshield/

    Creo que sigue activo, no estoy seguro.
    En cuanto a los pedrolos espaciales, si, ya hay una «rudimentaria» misión para intentar desviar un asteroide, recuero cuando leí los titulares de alguna página sensacionalista, parecía que si la misión fallaba, se iba a terminar el mundo:

    https://www.bbc.com/mundo/noticias-59397658.amp

    Y también el lanzamiento del telescopio James Webb, que en teoría, permitirá ver la formación de las primeras estrellas y planetas tras el Big Bang. Eso sí, esperemos que no tenga complicaciones como ya le ocurrió a su predecesor.

  • @ Invita2:

    Gracias por la documentación y referencias. Y sí que están también muy interesantes las expectativas puestas en las prestaciones del James Webb.



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