El arzobispo de Valencia advierte que la vacuna del COVID se hace a partir de fetos humanos

El pasado domingo, en la misa del Corpus Christi, el arzobispo Cañizares dijo ante los feligreses que “El demonio existe en plena pandemia, intentando llevar a cabo investigaciones para vacunas y para curaciones. Nos encontramos con la dolorosísima noticia de que una de las vacunas se fabrica a base de células de fetos abortados”.

Bueno, no se puede pretender que un religioso sea experto en ningún campo de la ciencia. De hecho, si lo fuese, se replantearía muchos de sus dogmas, ya que juntar dogma y ciencia es un oxímoron.

La manipulación de células y ADN humano entra de lleno en el ámbito de la ética, pero creo que en este caso, los argumentos bordean esta disciplina filosófica.

El arzobispo se refería a una publicación de la revista Science, en la que se afirma que equipos de investigación de todo el mundo están trabajando para desarrollar más de 130 vacunas candidatas contra COVID-19. Al menos seis de esos equipos usan células fetales humanas de dos tipos. Una de ellas es la HEK-293, unas células de riñón ampliamente utilizada en investigación que provienen de un feto abortado en 1972. La otra es PER.C6, una línea celular propiedad de Janssen, una subsidiaria de Johnson & Johnson, desarrollada a partir de células retinianas de un feto de 18 semanas abortado en 1985.

¿Por qué se usan células humanas para desarrollar vacunas?

Las células fetales humanas son clave para producir vacunas. Las células fetales son muy fáciles de cultivar y de transferir material genético a su interior. Estas células se utilizan para producir adenovirus que incorporan material genético del SARS-Cov-2, y que están desactivadas para que no puedan reproducirse en el ser humano que reciba la vacuna. De esta manera permite a nuestro organismo crear anticuerpos que reconozcan esas partes del código genético del virus que provoca el COVID19.

Puede hacerse esto mismo utilizando células animales, pero es más probable que la vacuna aplicada a un humano no produzca anticuerpos.

Debido a la presión de los grupos antiaborto, la administración Trump prohibió el año pasado a los científicos del gobierno de EE. UU. usar líneas celulares fetales humanas de nuevos abortos. Pero no se ha prohibido el uso de líneas celulares fetales derivadas de abortos antiguos, como HEK-293 o PER.C6. Estas líneas celulares se han utilizado desde la década de 1960 para fabricar vacunas, incluidas las vacunas actuales contra la rubéola, la varicela, la hepatitis A y el herpes zóster.

Por tanto, el mensaje transmitido por el alzobispo no es correcto. No es un bulo, porque efectivamente se están utilizando células fetales humanas, pero provienen de dos únicos abortos ocurridos hace décadas. No se están cargando fetos abortados en camiones, que se trasladan a las empresas farmacéuticas que están desarrollando vacunas, lo que podría parecer un poco atroz.

Son células que se cultivan y utilizan para un fin que lo justifica. La supervivencia del ser humano a muchas enfermedades, en muchos casos mortales.

  • Vaya… así que el ser humano está creando una vacuna contra el coronavirus con ayuda del diablo… Al señor arzobispo solo le ha faltado decir que el virus ha sido enviado por Dios a causa de nuestros pecados, para necesitar urgentemente unas clases de marketing para vendernos las bondades de su dios y su religión.

  • Primero que controlen y solucionen los gravisimos problemas que tienen dentro de su secta y después que se preocupen de lo que hay fuera… Y ya que se preocupan por lo externo, primero que verifiquen sus informaciones y segundo que bajen de las alturas y ayuden, que falta nos hace..

  • De hecho, si lo fuese, se replantearía muchos de sus dogmas, ya que juntar dogma y ciencia es un oxímoron.

    Bueno, no me parece tanto así. Muchos científicos han pertenecido a una religión u otra. Ciencia y religión son cosas distintas, así que no veo imposible tener un pie encada lado, por así decirlo. Una se basa en hechos, la otra en fe.

  • Bueno. A mí me gustan según que dibujos animados, y este comentario lo saco de alguno de esos. Reconozco que vendrá sólo medianamente a cuento del tema, pero me apetece ponerlo:

    Están «Los Simpson», y luego alguna otra serie similar, igual algo «copiada», aunque más intencionadamente zafia y políticamente incorrecta (como de chistes y escatologías más «para adultos», pero que ¡ojo! también con sus críticas y moralejas a saber captar) como es una que se llama «Padre de Familia».

    En algún capítulo de esta última la familia protagonista se veía liada con el cuidado de un niño que padecía una enfermedad grave, pero que venía de una familia sectario-religiosa estricta que no admitía, por sus convicciones, el tratamiento necesario para salvar a su hijo (ya fuese operación, trasplante, transfusión de sangre, o lo que fuera, que no lo recuerdo bien). Sólo querían confiar en el rezar y en la respuesta «personalizada» a sus oraciones.

    Después de todo el lío y trama de llenar el episodio en cuestión, la madre de la familia protagonista se enfrentaba a los padres del niño enfermo echándoles en cara la siguiente reflexión (aunque la pondré en las palabras que me salgan a mí, ya que no me acuerdo tampoco muy textualmente del todo, y también por subrayar la intención):

    «¿Ustedes no han rezado por la curación de la enfermedad? ¿No han rezado millones de personas, tanto ahora como durante siglos y generaciones por lo mismo? ¿No se les ha ocurrido pensar que las vacunas, los medicamentos, los avances de la cirugía y de la medicina en general puedan ser la respuesta que ha ido dando Dios a tantas y tantas oraciones, de tanta gente y durante tanto tiempo?…

    No añado más. Aunque lo haya sacado de una simple serie de dibujitos me parece un buen bofetón bien dado.

  • @ Guanacosoft:

    La ciencia trata de los hechos y la religión de la moral.

    Claro, una moral basada en la autoridad divina.

    La práctica homosexual es mala porque Dios así lo dijo.

    No una moral basada en la ética, el reconocimiento de la libertad de las personas, en tanto no afecte negativamente a otras, de acuerdo a la lógica y a la empatía, con el fin de convivir de la mejor forma posible.

  • No soy creyente, ni convenzo a nadie de mi posición; es más, creo que (en las partes más bajas de toda su estructura hay gente con afán de ayudar a los desfavorecidos) pero deberían estar calladitos la mayoría de los temas… no mezcla fe y ciencia, al igual que agua y aceite.

  • Yo tampoco soy persona religiosa, la verdad. Y desde esta posición, tantas y tantas cosas de la religión (digamos en este caso concretamente la católica) sólo pueden parecerme anacrónicas.

    Como, por un lado, la Iglesia siempre ha necesitado mostrarse como «infalible» e «indiscutible» para dar una imagen de Dios incuestionable… Y, por otro lado, nunca ha faltado tampoco gente con necesidad de «creer en algo», pues ahí sigue. Vale.

    Y bien por todo lo que aporte de beneficencia y consuelo para quien le sirva. De eso no digo yo que sobre nada.

    Pero sí me resulta ya un poco absurdo que, para seguir siendo consecuente consigo misma, esa Iglesia no pueda desentenderse de seguir hablando mayormente en latín y en arcaico. Al menos ya a estas alturas de la película. Con todo lo que ya la ciencia le ha adelantado por la derecha y por la izquierda para según que dogmas y concepciones del mundo, la realidad, la naturaleza, la psicología…

    Claro que la gente creyente también es como es, aún hoy en día. ¡Y qué te vas a poner a discutirles! Tampoco es mi intención ni mi ánimo.

    Pero así es como, humildemente, lo veo yo. Para ésta y cualquier otra religión ancestral y añeja. Tanto más cuanto más claro se intuya que lo que querrían de verdad es tener licencia para corrernos a palos a los descreídos, en favor de, simplemente, mantener su cotarro.

  • La mejor frase para definir el fanatismo religioso la dijo Dennis Miller en un monólogo sobre la guerra religiosa en medio oriente: «You’re all basically killing each other about who’s got the best imaginary friend», o » Básicamente se están matando unos a otros para ver quién tiene el mejor amigo imaginario» en buen castizo.

  • @ Luiggi:

    ¡Amén!

    ¡Si es que esto (me parece a mí) es la vida terrenal y no otra cosa! Como tal necesita normas para la mejor convivencia posible, pero yo, como que me resisto a aceptar que los humanos hayamos inventado y desarrollado tanto esto de «la civilización» para que, aún a estas alturas, tenga que estar sometida a chamanes y hechiceros, y a lo que ellos digan que dicta «El Gran Espíritu» de turno.

    Habrá cosas que tendrían su lógica tribal y primitiva, cuando éramos tribus reducidas y primitivas. Y mucho más vulnerables también.

    Y conste que tampoco puedo discutirles, a creyentes y devotos, la cosa ésta de la «espiritualidad», porque yo no sé qué se supone que es eso.

    Pero viendo lo visto de a dónde puede llevar la «Fe» de los más tarados, retorcidos, manipuladores o manipulables, de verdad que acabo desconfiando de cualquiera que no viva su Fe y sus creencias religiosas simplemente para sí mismo y guardando para el prójimo nada más que la debida buena voluntad. Sin otras consideraciones ni apologías invasivas.

  • Alexis dijo:

    …pero yo, como que me resisto a aceptar que los humanos hayamos inventado y desarrollado tanto esto de «la civilización» para que, aún a estas alturas, tenga que estar sometida a chamanes y hechiceros, y a lo que ellos digan que dicta «El Gran Espíritu» de turno.

    Alguien dijo que el eslabón perdido somos nosotros, entre los homínidos prehistóricos y los humanos civilizados.

  • Anonimo1 dijo:

    Alguien dijo que el eslabón perdido somos nosotros, entre los homínidos prehistóricos y los humanos civilizados.

    ¡Esa es buena! Me la voy a apuntar también.

    No lo veremos nosotros, pero a ver si algún día se llega a eso del «humano civilizado» de verdad del todo. Antes de pillarnos demasiado los dedos en la «transición».

    ¡Será si Dios quiere, claro!



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