COVID: ¿Murciélagos o fuga de un laboratorio?

El gobierno chino baraja una única hipótesis sobre el origen del coronavirus: el virus proviene de un reservorio natural en los murciélagos y desde ellos ha pasado a los seres humanos. Pero cada vez más gobiernos de occidente se vuelven hacia China para exigirles que aclare si esto es así, o si están ocultando algo.

Esta vez no estamos hablando de un influencer tratando de atraer audiencia a su canal de youtube. Es el gobierno de los Estados Unidos el que está clamando que tiene múltiples pruebas de que el virus CoV fue creado en un laboratorio de Wuhan. Lo ha afirmado el pasado domingo el Secretario de Estado Mike Pompeo, aunque no ha mostrado ninguna de ellas.

Hay pruebas enormes de que ahí es donde empezó. China tiene un historial de infectar al mundo y tiene un historial de manejar laboratorios con bajos estándares. No es la primera vez que tenemos al mundo expuesto a virus como resultado de fallos en un laboratorio chino.

Esta es una crisis enorme creada por el hecho de que el Partido Comunista de China ha vuelto a las andadas, al tipo de desinformación y ocultación que hacen los regímenes autoritarios. El Partido Comunista de China tuvo la oportunidad de prevenir esta calamidad que le ha caído al mundo.

A este requerimiento de los EE.UU. se han unido otros países como Reino Unido, Francia y Alemania.

Australia ha ido un poco más allá y ha anunciado que realizará una investigación independiente para aclarar el origen de la pandemia.

China no está recibiendo estas críticas de buena gana, e incluso ha insinuado que si Australia sigue por este camino puede que deje de exportar a China su vino y su carne.

La OMS por su parte, respalda la versión China, y afirma que el virus saltó a un humano a partir de un animal que se infectó previamente por un murciélago. Esta organización, la OMS, también es centro de las iras del gobierno estadounidense. Trump los acusa de haberse fiado de la información proporcionada por el gobierno chino, y no haberse desplazado in situ para tomar de primera mano el pulso a la pandemia. Si se hubiese hecho, habrían muerto muchísimas menos personas.

También acusan a China de haber ocultado la gravedad de la enfermedad para tener tiempo de acaparar material sanitario, fabricado tanto dentro como fuera de sus fronteras.

¿Es esto posible? Desde luego si hay un gobierno al que no le importe absolutamente nada su población es el chino. Y si no le importa la salud de sus ciudadanos, imaginad la del resto de países.

Analicemos las tres posibilidades que tenemos sobre la mesa:

  • China produce el virus y lo libera intencionadamente en Wuhan para simular una pandemia y destruir la economía mundial. No parece muy verosímil, porque China también ha sido afectada económicamente por el virus, y porque una economía como la china se nutre principalmente de las exportaciones al extranjero. Una economía mundial deteriorada, produciría una reducción de las importaciones y una menor riqueza para su país. A esto hay que añadir que en caso de ser descubiertos, podría tener represalias de dimensiones impredecibles.
  • China crea el virus y accidentalmente se libera y se convierte en una pandemia. Esto es factible. Los niveles de seguridad de los laboratorios chinos no son los más elevados. En el caso de haberse escapado el virus, el gobierno habría tratado de encubrirlo, y de aparentar que tiene un origen natural. La comunidad científica, que ha analizado la secuencia de ARN del virus, no ha levantado ninguna alarma respecto a su posible origen. Es más, han afirmado que si hubiese sido generado como un arma, habría tenido sistemas más eficientes para lograr introducirse en las células humanas. Pero lo cierto es que no tiene por qué haber sido creado como un arma. Puede que fuese un estudio para analizar el comportamiento y la contagiosidad de los coronavirus y no tener intencionalidad bélica.
  • El virus tiene origen natural y proviene de un reservorio animal. Es la posición oficial de la OMS. Hay periodistas que acusan a la organización que ha  recibido importantes donaciones del gobierno chino, que podrían haber obtenido un trato de favor. Se hablan de donaciones de 20 y 30 millones de dólares realizadas en los primeros meses de este año. Tampoco parece gran cosa si lo comparamos con las contribuciones obligatorias de los Estados Unidos, que rondan los 450 millones de dólares al año.

 

¿A quién creer? Pues no sé qué decir. Estados Unidos, durante el mandato de Trump, ha tenido una posición muy hostil hacia China, con la que tiene contenciosos comerciales abiertos. Trump también puede estar lanzando una cortina de humo para desviar la atención de su penosa actuación contra la pandemia, que de no estar España, sería la más desastrosa del planeta.

Mientras tanto, yo no voy a creer a nadie. Vosotros haced lo que queráis.



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