Los incendios del Amazonas y los bulos

Como todos los veranos por estas fechas, el Amazonas está sufriendo las consecuencias de los incendios. Este año en cambio, el número de estos incendios ha aumentado considerablemente. Ante esto, ha surgido un movimiento en la red que bajo el hashtag #PrayForAmazonas se ha hecho eco de la preocupación del mundo por la destrucción del que es el principal pulmón del planeta.

La imagen de arriba está creada por la NASA y muestra con puntos rojos la ubicación de los incendios activos en este momento. Cómo hay más de 40000 focos activos, la imagen da la impresión de que es toda la selva la que está ardiendo. Sin pretender restar importancia a esta tragedia, la situación no es tan dramática cómo podría deducirse de la foto.Y mientras, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, se esta dedicando a culpar a las ONG como Greenpeace y WWF de ser los que están provocando estos incendios como represalia por no recibir fondos del gobierno brasileño.En cambio, la verdadera razón de este drama es la deforestación a la que está siendo sometida la selva del Amazonas. Los agricultores talan los arboles y después queman la zona despejada para poder sembrar soja, aceite de palma o caucho.En algunas ocasiones estos incendios se descontrolan y se extienden más allá del área prevista. Estos focos acaban por llegar a una zona más húmeda y se extinguen por si solos.
Lo curioso es que este año no es uno de los más secos, pero aun así, el número de estos incendios ha aumentado un 85% con respecto al año pasado.Da la impresión de que el gobierno de Bolsonaro piensa que la única manera de expandir la economía brasileña es la de aumentar las zonas agrícolas a costa de cercenar terreno a la selva.Las consecuencias de estos incendios son tremendas. Pérdida de diversidad biológica, disminución de la función de la selva para abastecer a la atmósfera de nubes productoras de lluvia, a lo que hay que añadir los efectos negativos del humo para la salud en las poblaciones cercanas a los incendios. Este sentimiento de tragedia qué nos está invadiendo a todos, está siendo utilizado por los alarmistas para crear más sensación de pánico, mostrando imágenes de otros incendios como si perteneces a los actuales.Por ejemplo, esta foto de un mono con su cría en brazos, que se está haciendo pasar como actual, fue realmente tomada en 2017 por Avinash Lodhi, en Jabalphur (India).Este conejo no se ha quemado en Brasil este verano, sino en un incendio de California el año pasado.La imagen de un animal que parece un zorro escapando del fuego, fue tomada en septiembre de 2011 por el reportero gráfico Silva Junior, de Folha de S.Paulo, durante la cobertura de los incendios ocurridos en Ribeirão Preto, Sao Paulo.Una imagen en la que se ve un bosque totalmente quemado salvo por un árbol, sí que es de la Amazonia. Pero fue tomada el 4 de agosto de 2017 por el fotógrafo de la agencia Reuters Bruno Kelly, durante la “Operación Ola Verde”, una quema controlada llevada a cabo por el Instituto Brasileño de Medio Ambiente y Recursos Naturales Renovables (Ibama).Otra imagen muestra una gran extensión de bosque incendiada, y grandes columnas de humo emanando. Pero tampoco es actual, sino que corresponde al año 1989. La imagen es de Sipa Press, adquirida luego por Rex Features y publicada por The Guardian en 2007 (C), en un especial sobre la deforestación de la Amazonía a lo largo de 40 años.Esta foto en la que las llamas consumen los árboles sí que fue tomada en la selva amazónica… pero el 22 de noviembre de 2014. Tomada en el estado de Maranhao (nordeste de Brasil) por fotógrafo Mario Tama de la agencia Getty Images.Esta de un bosque en llamas, tampoco corresponde a los incendios de la Amazonia. De hecho, fue tomada por el fotógrafo John McColgan el 6 de agosto de 2000 durante un incendio en Montana, Estados Unidos. Ocurrió en la zona del río Bitterroot y a McColgan le llamaron la atención dos alces que corrían para resguardarse del fuego.Incluso personalidades del mundo del cine, la música o la política, la han pifiado distribuyendo estás imágenes bajo la campaña #PrayForAmazonas. Nadie está libre de que se la cuelen. Pero aún así, recemos. El futuro de nuestros hijos y nietos está en juego. O mejor aún, pidamos a nuestros políticos que se ganen el sueldo y busquen soluciones..



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