Rusia volverá a la Luna para constatar si Armstrong estuvo allí

A finales del mes pasado, el director general de Roscosmos, la agencia espacial rusa, afirmaba que Rusia volverá a la Luna para verificar «si los estadounidenses estuvieron allí o no».

Desde el mismo momento en que las televisiones retransmitieron el mayor acontecimiento logrado por el ser humano, la primera visita del hombre a otro cuerpo espacial distinto a la Tierra, surgieron las primeras voces que apuntaban a una conspiración.

Tras casi 50 años, la creencia de que todo fue realmente un montaje sigue muy viva. Hace poco pudimos constatar incluso, cómo grandes personajes del conocimiento humano, como Iker Casillas, incluso lo plantean públicamente en Twitter.

Estos conspiranoicos han encontrado ahora un nuevo argumento: la declaración de Dmitry Rogozin en la que dice:

Hemos establecido este objetivo: viajar a la Luna y verificar si los estadounidenses estuvieron allí o no.

Agencia FP

La frase de Rogozin era la respuesta a una pregunta que le hicieron sobre si realmente los EE.UU. habían conseguido llegar a la Luna en 1969.

Rogozin contestó sonriendo y encogiéndose de hombros, lo que a todas luces denotaba que estaba hablando en broma.

El verdadero interes de volver a la Luna no es descubrir si la NASA mintió con las misiones Apolo, sino explotarla comercialmente. Varias agencias espaciales están planteándose volver a la Luna, incluso como turismo para millonarios. Entre ellas están la propia Roskosmos, la ESA, la NASA, iniciativas privadas, e incluso agencias con menor trayectoria como las de China, India o Japón.

Pero esta nueva carrera espacial por ver quien toma la iniciativa en la explotación de nuestro satélite no tiene nada que ver con la ocurrida durante la guerra fría entre las dos grandes superpotencias de la segunda mitad del siglo XX.

La detonación de las bombas atómicas  sobre Japón, dejó a las claras que ninguna de estas potencias podía correr el riesgo de descolgarse tecnológicamente, a riesgo de perder el equilibrio en potencial armamentístico, lo que supondría a todas luces la derrota.

La URSS tardó muy poco en desarrollar también la bomba atómica, pero a diferencia de la americana, ésta era muy pesada. Ello obligó a los ingenieros soviéticos a desarrollar cohetes lanzadores mucho mas potentes que los americanos, para no perder potencial ofensivo. Incluso hoy, los lanzadores rusos son más potentes que los americanos, como herencia de los desarrollos del principal ingeniero ruso de la época, Sergei Pavlovich Korolev.

La URSS había tomado la delantera a los EE.UU. al empezar a utilizar los cohetes lanzadores de las bombas atómicas para la conquista espacial. Así, fue la primera agencia en poner en órbita un satélite (el Sputnik 1 en 1957), la primera en poner un animal en órbita (perrita Laika en 1957), al primer hombre (Yuri Gagarin, en 1961), a la primera mujer (Valentina Tereshkova en 1963), o el primer paseo espacial  (Alexei Leonov).

Los EE.UU. empezaron a ser conscientes de que estaban perdiendo la carrera y decidieron poner toda la carne en el asador. Por entonces, la economía americana era boyante, y pudieron asignar una enorme partida económica a la NASA.

El 12 de septiembre de 1962 J.F. Kennedy pronunció su famoso discurso en el que «elegía como objetivo la Luna, no porque fuese fácil, sino porque era difícil», utilizando también con fines políticos la conquista de la Luna para aumentar el sentimiento nacionalista de su país.

John F Kennedy viaje a la Luna

La URSS no podía dedicar tanto dinero a la carrera espacial, y perdió distancia con su perseguidor. Pero lo peor estaba por llegar.

El 14 de enero de 1966, Sergei Korolev, el equivalente soviético a von Braun, murio tras someterse a una cirugía menor. Su sucesor, Vasily Mishin, no le llegaba a la altura, y las misiones soviéticas a partir de entonces tuvieron numerosos fallos. El más importante de todos, ocurrió a principios de 1969, cuando los soviéticos estaban apunto de adelantarse y lanzar una misión tripulada a la Luna. Un cohete explotó en la plataforma de lanzamiento inutilizándola, y obligando a dedicar tiempo y dinero a reconstruirla.

No les dio tiempo. Solo unos meses después, en julio de ese año, los americanos lanzaron el Apolo 11 con los resultados que todos conocemos.

Debió de ser duro aceptar la derrota después de llevar tanta ventaja.

Habida cuenta de la competencia existente entre ambas potencias, podéis estar seguros de que si la URSS hubiesen tenido cualquier sospecha de fraude lo hubiesen publicado a los cuatro vientos. Pero no fue así.

No hay dudas. El ser humano consiguió la mayor hazaña de su historia hace casi 50 años.

Lo demás son ganas de buscar conspiraciones, o de hacer alguna gracia. En este sentido, Dmitry Rogozin tiene experiencia. No es la primera vez que bromea sobre el tema. En su twitter podréis encontrar más bromas sobre las misiones Apolo, como por ejemplo, esta:

El vídeo que lo acompaña, fue una broma creada por The Viral Factory , y dirigido por un tipo llamado Adam Stewart. Todavia hoy es común encontrarlo en foros sobre la temática Apollo o remezclados en nuevos hoaxes.

  • Hola:

    Además del factor tiempo y de la muerte de Sergei Korolev, también recordar que los de la URSS tenían dos programas lunares apartes y eso implicó tambien separar el dinero del proyecto lunar entre ambos.

    O sea, no solo competían con los EEUU, también entre ellos.

    Saludos.

  • El sentido del Humor Ruso resulta muy difícil de entender, si no se presta atención al lenguaje corporal y al contexto se puede tomar de manera literal.

  • Muy interesante artículo, Doc.

    Ya hace algún tiempo aprendí que el negacionismo y la obsesión conspirativa, cuando demuestran ser impermeable a cualquier razón, son síntomas de un desorden cognitivo y su negación de la realidad es el menor de sus problemas.

  • @Lamentira

    Rusia tiene poco interés en desarrollar un programa espacial como bandera política. Los recursos están concentrados en la carrera armamentística.

    Algo parecido sucedió en la URSS. La competencia tecnológica fue un interés personal de Khruschev, quien intervino personalmente en el impulso de la carrera espacial (junto a la de la construcción, la agrícola y la deportiva). Cuando fue defenestrado por Brezhnev, el interés se perdió.

    Así, durante los siguientes años, la URSS abandonó la competencia tecnológica como prioridad e invirtió la mayor parte de los recursos en la carrera armamentística. Esto lastró el crecimiento económico y la competitividad, hasta causar el colapso a finales de los ochenta (tal vez haya riesgo de algo similar actualmente).

    Tan poco se veía la exploración del espacio como una competencia, que la URSS promovió la cooperación con Estados Unidos en el programa Apollo-Soyuz y abandonó los planes para enviar una expedición tripulada a la luna, a pesar de que parecía haber, por fin, un mejor pálpito.

    La caída de Khruschev condujo a retrasos, descoordinación y rivalidades que desembocaron en el fallido lanzamiento de 1969 que se menciona en la publicación.

    Con todo, eso no representó el fracaso del programa espacial soviético. Por ejemplo, y aunque faltó mencionarlo arriba, la URSS también fue la primera en enviar una nave a la luna, en alunizar, en enviar fotografías de la luna y en enviar un vehículo a la luna. También la primera en enviar seres vivos a la luna, algo con lo que Rogozin podría bromear.

    Además, la URSS puso en el espacio la primera (y también la segunda) estación espacial.

    Incluso, aunque tuvo retrasos a la hora de lanzar su transbordador, este resultó ser tecnológicamente superior a todos los transbordadores que han existido (no necesitaba pilotos).

    Lamentablemente, tras la muerte de Kennedy, la competencia tecnológica también perdió fuelle en Estados Unidos y este país se centró más en lo militar y luego en la carrera armamentística. La exploración de la luna fue dejada de lado, y paulatinamente el programa espacial se ha ido desfinanciando y desactualizando.



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