La tribu de los Tasaday

En 1971 la oficina de prensa Manila Associated Press, informó del descubrimiento de una tribu que había permanecido aislada de la sociedad filipina, y que continuaba sumida en la Edad de Piedra.

La tribu se llamaba Tasaday. Eran pacíficos y vivían en coexistencia armoniosa con su entorno. Se alojaban en cuevas, y su tecnología nunca había producido herramientas mas complejas que un hacha. La tribu era tan pacífica y amable, que en su idioma no existían palabras como «guerra» o «enemigo».

En los 70, fueron objeto de documentales, especiales de televisión y docenas de artículos de revistas.

Después de unos años, el autoproclamado portavoz y protector de los Tasaday, el político filipino Manuel Elizalde, puso controles policiales para mantener alejados de la tribu a los reporteros y curiosos. Solo a unos pocos elegidos se les permitió visitarlos.

Pero algunos que lograron entrar comenzaron a tener dudas sobre los Tasaday.

Un lingüista notó que la tribu usaba palabras que no deberían de conocer, como «techo». Se empezó a extender el rumor de que los miembros de la tribu Tasaday eran en realidad ciudadanos comunes de pueblos cercanos.

Aunque hubo cierto escepticismo, la verdad sobre la «tribu perdida» de los Tasaday no se reveló hasta 1986, cuando Fernando e Imelda Marcos fueron expulsados ​​del poder.

Una vez que se levantó el secreto y las restricciones del gobierno, un periodista suizo visitó a los Tasaday y descubrió que los miembros de la tribu no vivían en cuevas, sino en casas típicas de la zona. Las camisetas y los pantalones vaqueros habían reemplazado a los taparrabos, y ellos mismos admitieron que todo había sido un engaño.

Elizalde había convencido a los aldeanos locales para que fingieran vivir en cuevas, a cambio de un poco de dinero. Elizalde, el arquitecto del engaño Tasaday, se retiró a principios de la década de los 80 con 35 millones de dólares en la cuenta.



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