Pucherazo ninja

ninjas

[Post principalmente para audiencia española. Perdón por anticipado a los latinoamericanos]

No sé si a JL (de «Mundo Desconocido» y «la granja humana») le dan tanta caña como a mi cada vez que toca un tema que tiene que ver con la política. Seguro que no. En uno de sus últimos vídeos, ofrecía a su audiencia la posibilidad de que en las elecciones del pasado domingo hubiese habido un pucherazo. Una manipulación del resultado electoral que justificaría el fiasco del partido Unidos Podemos.

A las 8 de la tarde, justo después del cierre de los colegios electorales, Pablo Iglesias se veía ya como presidente del gobierno de España, apoyado con los escaños de Pedro Sánchez.

Pero cuando los resultados de las primeras mesas empezaron a llegar al ministerio del interior, la cosa pintó muy distinta. El partido morado, lejos de dar el sorpasso al PSOE, se estaba dando un tortazo monumental. La estrategia de unirse a Izquierda Unida, el partido tradicionalmente aglutinador de los movimientos comunistas en España, no estaba teniendo el resultado esperado.

Ramón Espinar lo explicaba así en el plató de Antena 3:

Esto ocurre porque los primeros datos que llegan al ministerio son los de las mesas pequeñas, las de los pueblos, donde el voto es predominantemente conservador. Cuando empiecen a llegar los resultados de las mesas de las grandes ciudades se producirá el vuelco.

Pero llegaron los resultados de esas mesas, y no solo no se produjo el vuelco, sino que el bloque «socialdemócrata» (PSOE+Podemos) se hundió un poquito más.

Las sonrisas que tanto preconizaron durante la campaña se quebraron en gestos duros durante la rueda de prensa en la que el partido morado confesó que no eran esos los resultados que estaban esperando.

Y como niños cuando no consiguen lo que quieren, muchos de los seguidores tomaron una rabieta en las redes sociales. Gente deseando a las personas de edad que se mueran pronto, pidiendo que alguien ponga una bomba en la sede del PP, y muchas otras barbaridades como las que estamos acostumbrados a ver entre los seguidores y detractores de Podemos. Odio, odio y más odio.

Y como nadie se esperaba el resultado, ¿cómo no?, surgió la teoría de la conspiración. El gobierno de España había manipulado los resultados electorales.

¿Las evidencias?

  1. Baile de cifras en la participación, debido a que en la noche electoral no se considera el voto emitido desde el extranjero. Este voto no es que desaparezca, pero es computado con posterioridad a la jornada electoral, y sí que aparece en los resultados definitivos.
  2. Indra, que no fue la empresa adjudicataria del servicio de recopilación y contabilización de los resultados obtenidos en las mesas electorales en las elecciones del 20D, sí que lo fue en las del 26J.
    Indra tiene una participación estatal, por lo que para estos conspiranoicos es susceptible de haber sido manipulada.
    El presidente de Indra es Fernando Abril Martorell, hijo del político de UCD de igual nombre, lo que según JL puede aumentar las sospechas. Pero lo cierto es que Abril Martorell, después de su trayectoria en UCD, fue nombrado presidente de la Comisión de Análisis y Evaluación del Sistema Nacional de Salud en 1990 por Felipe Gonzalez, presidente del gobierno de España en aquel momento, y perteneciente al PSOE. Nada le debía entonces al Partido Popular, principal beneficiario del presunto pucherazo.
    Indra ha sido siempre la empresa adjudicataria del servicio de recuento, salvo en las elecciones del 20D, en las que fue seleccionada en concurso público la empresa Scytl. Para las elecciones del 26J, Indra presentó una propuesta en la que bajaba un 40% el precio nominal de asignación del gobierno.
    ¿Por qué? ¿Acaso un interés oculto por mangonear las votaciones? No. Indra es también adjudicataria de este mismo servicio en otros países. La posición de la empresa para acudir a concursos en el extranjero, cuando no es capaz de conseguir la adjudicación en su propio país queda muy en entredicho. Por eso seguramente les interesó incluso ir a coste, o perder dinero con tal de no perder su posición en el mercado.
    Además, Indra no realiza el recuento, sino que solamente recolecta los datos que les envían las mesas electorales. Su poder de manipulación es nulo. En España el recuento de votos se realiza de forma manual por ciudadanos escogidos al azar, y en presencia de interventores de todos los partidos que deciden ponerlos. El proceso es público, pudiendo estar presente cualquier ciudadano que lo solicite, siempre que respete unas mínimas normas de conducta. Los votos se cuentan y cada interventor se los lleva apuntados a la sede de su partido, y el acta se introduce en un sobre sellado y firmado por todos los participantes de la mesa electoral. Es más. Si alguien de la mesa o alguno de los interventores lo precisa, los votos no se destruyen y se guardan para un recuento posterior. Unidos Podemos tenía repartidos por toda España alrededor de 26.000 interventores y apoderados para 22.953 colegios electorales. No hay lugar para la suspicacia o la duda.
  3. Irregularidades en el conteo de votos. Siempre han existido irregularidades, relacionadas con el voto por correo, con la inducción al voto de ancianos, o con la compra de votos a indigentes. No es exclusivo de un partido en concreto, y en absoluto justifica la desaparición de más de un millón de votos por parte de Unidos Podemos. Por ejemplo, en un pueblo de Asturias llamado Sariego, se atribuyeron 113 votos de Unidos Podemos al partido Comunista de los Pueblos de España, en lo que es sin duda un error humano sin mala intención.
  4. Las encuestas. Todas las encuestas daban hasta el momento del recuento una ventaja a Unidos Podemos sobre el PSOE. Esto no debería de pillarnos por sorpresa, ya que tenemos muy reciente el fiasco de las encuestas en el caso del referendum del Reino Unido por el Brexit. Los ingleses se acostaron dentro de Europa, y se levantaron fuera.
    Las encuestas se equivocan y mucho. Por un lado, los periódicos no pueden permitirse realizar semanalmente unos sondeos con un numero de entrevistados grande, ya que son muy costosos. Por otro lado, las empresas que realizan estos sondeos se dejan influenciar por la línea editorial del periódico que las contrata, como es obvio al ver en un mismo fin de semana los resultados publicados por El Pais (de tinte socialdemócrata) o La Razón (de tinte demócrata cristiano).
    Así lo insinuaba Bieito Rubido (director de ABC) en un programa televisivo hace unos días, cuando afirmaba que a él se le habían insinuado en este sentido.
    A esto se le une que ninguna empresa quiere ofrecer resultados muy distintos a los que ofrecen el resto, guiándose todas ellas  por lo mostrado por el CIS. O todos nos equivocamos o todos acertamos. Aunque a una empresa le hubiesen salido unos resultados parecidos a los finalmente obtenidos tras el 26J, seguramente los hubiese retocado para que no fuesen muy diferentes a los presentado por el resto de empresas demoscópicas.

¿Y entonces qué fue lo que pasó? ¿Por qué este batacazo de Unidos Podemos?

Pues esa es una buena pregunta. De hecho, seguro que los líderes de ese partido pagarían por saberlo. Aquí solo puedo dar mi opinión, aunque tiene el valor que tiene, porque ya os digo abiertamente que no les he votado nunca, ni les votaré.

Seguramente que no hay un único factor. Tengo amigos que votaban IU (sí, no soy sectario) y que me confesaron que nunca votarían a Podemos. Posiblemente mucho del voto de IU pasó a la abstención.

También habrá afectado el año de gobierno en los ayuntamientos y autonomías del cambio, en los que efectivamente ha habido un cambio, pero no el que estaban esperando los votantes que lamentablemente se habían quedado descolgados de la sociedad en la última crisis, habiendo primado el cambio de nombre en las calles, el disfrazar de Rapel a los reyes magos y la asignación de actividades «culturales» a los antiguos residentes ocupas del patio Maravillas.

Aunque ahora que lo pienso, también podría deberse a que el contraperiodista pidió abiertamente el voto para Podemos un par de días antes de las elecciones. Que no se entere Pablo (Echenique) no sea que le vaya a confundir con una mala hierba y le agarre de las orejas.



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