Milagro en Legnica

Milagro en LegnicaEl Obispo de Legnica (Polonia), Mon. Zbigniew Kiernikowski, aprobó el 17 de abril la veneración de una hostia sangrante que “tiene las características distintivas de un milagro eucarístico”.

Para los menos religiosos, una hostia sangrante no es el resultado de una pelea por una discusión de tráfico, sino un milagro similar al que ocurrió en el siglo octavo en Lanciano. Según los escritos antiguos, en torno al año 700, en la ciudad de Lanciano (Italia) un monje fue encargado de celebrar una misa en el Monasterio de San Longino. Al pronunciar las Palabras de la Consagración (ya sabéis «Este es mi cuerpo y esta es mi sangre»), el monje pudo ver cómo el pan se transformaba en carne y el vino en sangre, la cual se coaguló en cinco glóbulos, tantos como llagas sufrió Cristo en la cruz. La sangre y el pan se conservan como reliquias en la Iglesia de San Francisco de Lanciano.

En 1971 Odoardo Linoli,un profesor de anatomía e histología patológica, analizó los restos y confirmo que se trataba de tejido cardíaco humano y la sangre era de tipo AB.

Algo sorprendentemente parecido es lo que pasó en Legnica en la Navidad de 2013. Durante el proceso de la Eucaristía una hostia consagrada cayó al piso en la parroquia polaca de Saint Jack.

La liturgia de la comunión tiene contemplada la manera de proceder en estos casos.

Si la hostia se le cae al comulgante y el suelo está limpio, el sacerdote la recogerá y se la pondrá en sus manos. Si se le cae al sacerdote, la guardará para consumirla él mismo más tarde. Pero si la hostia cae al suelo, y éste está muy sucio, o se le ha caído de la boca al comulgante, habrá que disolver la hostia en una copa con agua.

Cuando el sacerdote fue a comprobar si la hostia estaba ya disuelta, comprobó que había aparecido una mancha roja que parecía sangre.

Mons. Stefan Cichy, entonces Obispo de Legnica, creó una comisión para analizar lo ocurrido, y se enviaron muestras a analizar.

En sitios web de orientación cristiana se afirma que el comunicado médico final del Departamento de Medicina Forense comunicó que “en la imagen histopatológica, se encontraron fibras de músculo estriado transversal similares a las que se encuentran en el corazón”. También en esos sitios se dice que «las pruebas determinaron que el tejido era de origen humano, y hallaron que presentaba señales de sufrimiento.» (sic)

Me he criado como católico (aunque en la actualidad me considero agnóstico), y siempre pensé que la consagración del agua y el pan en sangre y vino, era un símbolo que quería representar la unidad de la comunidad cristiana en torno a Jesucristo. Pero aparentemente tiene unas connotaciones mágicas que desconocía. No solo por la milagrería que orbita en torno a las hostias sangrantes, sino por el tratamiento especial que se le otorga a un trozo de barquillo después de haber pronunciado unas palabras mágicas. Sin ánimo de molestar a los más creyentes, me parece un acto que no dista mucho de aquellos por los que hace unos siglos se quemaban a las mujeres en la hoguera.

Normalmente la Iglesia es muy prudente a la hora de aceptar un hecho insólito como milagro, ya que si se demostrase a la postre que se trataba de un fraude, se le caerían los palos del sombrajo que se han montado a lo largo de los últimos 2.000 años. Pero en este caso la Iglesia se puede respaldar en los resultados presentados por un análisis científico. ¿O no?

Como suele ocurrir en estos casos, la parte interesada ha sesgado las evidencias para orientar las pruebas a la tesis que se defiende.

El pasado 12 de abril, la comisión de sacerdotes que están estudiando este suceso dio una rueda de prensa en la que se informó de su estado actual. Dijeron que para constatar si se trataba de carne y sangre humana, se le entregó a una universidad de medicina de Wroclaw un fragmento de la hostia y parte del líquido de la copa que la contenía. Monika Maziak, portavoz de la universidad, anunció tiempo después que en el análisis no se habían encontrado muestras de fibras cardíacas ni rastro de ADN humano.

Tadeusz Dąbski

Tadeusz Dąbsk, uno de los sacerdotes de la comisión, afirmó que no se quedaron satisfechos con este resultado. Enviaron más muestras a la Universidad Pomeranian de Szczecin, y el día 11 de abril el Dr. Engel (de esa universidad) encontró restos de musculo cardíaco humano en la hostia, y … agarraros porque esto sale de la boca de un Dr de universidad,

Los cambios que mostraban las fibras son característicos de los que ocurren en la agonía.

Al obispo le ha faltado tiempo para pedirle a la parroquia que habilite una zona de culto para la hostia, ya que se prevé que los fieles acudan de forma masiva en peregrinaje en cuanto que la noticie empiece a difundirse.

En este punto no sé si aportar mi opinión o dejarlo aquí. Pero si una universidad analiza la muestra y no encuentra rastro de sangre ni fibras musculares, y al poco se le envía otra muestra a otra Universidad y sí que lo encuentra… o alguien lo ha puesto ahí, o alguien está mintiendo. Y mientras tanto, pasemos el cepillo.



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