Las piedras de Ica

En las inmediaciones de la localidad de Ocucaje e Ica, en Perú, una colección de cantos rodados ha sido coleccionada por el Dr. Javier Cabrera. Las piedras muestran escenas de gente cazando o luchando con una variedad de monstruos que se parecen a brontosaurios , triceratops, estegosaurios, y pterodáctilos. Los seres humanos son presentados como si tuviesen domesticados a los dinosaurios y los utilizasen para el transporte y la guerra. También muestran escenas de personas utilizando telescopios, mirando las estrellas, y realizando la cirugía.

Charles Berlitz , la Atlántida, el octavo continente, 1984


Otro autor de la talla de Berlitz (en todos los sentidos) como J.J. Benitez dedicaba parte de uno de sus capítulos de Planeta Encantado a las piedras de Ica.

Las piedras de Ica son una colección  lítica supuestamente  descubierta en los alrededores de Ica, Perú. Son piedras de andesita con la superficie oxidada, que han sido grabadas con representaciones que ponen en duda casi todo lo que la ciencia nos ha enseñado sobre el origen de nuestro planeta, nosotros mismos, y otras especies. Por ejemplo, algunas de las piedras representan los hombres (que se parecen a los antiguos incas o aztecas) atacando enormes monstruos con hachas. Los monstruos pareen ser dinosaurios.
Los escépticos consideran que las piedras son una broma patética, creada para un turismo crédulo. Sin embargo, tres grupos, en particular, se han esforzado para apoyar la autenticidad de las piedras:

  1. los que creen que los extraterrestres son una parte íntima de la verdad de la historia de la Tierra
  2. fundamentalistas del creacionismo a los que se les hace la boca agua de pensar en un posible error de antropólogos, arqueólogos, biólogos evolucionistas, etc
  3. los historiadores de mitos, que afirman que los mitos antiguos son relatos verídicos y precisos que deben de entenderse literalmente.

Ica es un área relativamente pequeña, a unos 300 kilómetro de Lima. En 1960, un granjero afirmó haber encontrado montones y montones de rocas en lo profundo de varios barrancos y cuevas no lejos de las Líneas de Nazca. Algunas también estaban ligeramente enterradas bajo el suelo. Inicialmente el granjero solamente obtenía un pequeño número de piedras, pero cuando comprobó la aceptación de las mismas, obtuvo literalmente miles de estos artefactos. Por algún tiempo consiguió ganar un buen dinero vendiendo piedras a los turistas. El granjero se hizo casi una celebridad.

Según algunas opiniones, el gobierno peruano se interesó en las piedras. El gobierno no quería que Perú se convirtiera en otro Egipto, y que se llenase de saqueadores. Ya tenían suficientes. Arrestaron al granjero para interrogarle y éste, repentinamente, admitió por escrito que las piedras fueron un engaño y que él había tallado las piedras por sí mismo.

Pronto le surgieron imitadores que se dedicaron a vender a los turistas falsificaciones de aquellas falsificaciones.  En 1975, Basilio Uchuya e Irma Gutiérrez de Aparcana alegaron que para grabar las piedras falsificadas habían elegido motivos tomados de  «libros de historietas, libros escolares y revistas».

La colección de Ica empezó e  1966, el Dr. Javier Cabrera, el médico del pueblo, recibió una pequeña roca tallada para su cumpleaños de un nativo. El tallado en la roca le pareció antiguo al Dr. Cabrera, y le intrigaba porque parecía representar un pez primitivo.

Para el Dr. Cabrera, este pez era la representación de una especia extinguida hacía mucho tiempo. El conocimiento de los peces extinguidos es poco frecuente entre los médicos, incluso aquellos que han estudiado biología. Pequeños detalles como el tipo de pez era exactamente, cuándo se extinguió, o los rasgos que permiten identificar a este pez como una especie extinguida, son obviados. Posteriormente el Dr. fue abasteciéndose de más y más rocas grabadas hasta completar su colección actual, adquiriéndoselas al agricultor que ya he mencionado anteriormente.

El museo del Dr. Cabrera es calificado como sitio de interés turístico por la Cámara Nacional de Turismo de Perú aunque la autenticidad de las piedras de deja al criterio del visitante.

El museo cuenta con una exposición de piedras grabadas que representan supuestamente miles de años de las actividades humanas. Basada en las piezas encontradas, su propietario Javier Cabrera, mantiene una teoría según la cual Ica albergó el asentamiento de la primera cultura peruana.

Cabrera tiene su propia tesis sobre las piedras. Se basa en la premisa de que no son falsificaciones. Esto es perfectamente comprensible. Si las piedras eran un engaño, Cabrera era una de las piezas fundamentales del mismo. La prueba de su autenticidad es el gran número de piezas existentes (unas 50.000) que hacen inviable que un falsificador las haya podido generar. Ni siquiera un buen montón de falsificadores. Su teoría postulaba que los dibujos representaban a una antigua cultura peruana muy avanzada. ¿Muy avanzada? Las representaciones muestran operciones de cirugia a corazón abierto, trasplantes de cerebro, telescopios, máquinas voladoras… Realmente lo eran.

Esta cultura habría venido de las Pléyades hace un millón de años.

La antigüedad de las piedras no se puede datar porque no contienen material orgánico que pueda ser sometido a la prueba del C-14. La manera de fechar las piedras es datarlas capas de sedimentos (que contienen material orgánico) en las que se encuentran. Pero esto no es posible ya que la cueva en la que presuntamente las encontró el granjero no se sabe dónde se encuentra. En el vídeo que acompaña este artículo, tampoco J.J. Benitez toma muestras de esas capas de sedimentos «tan compactadas» que podía sacar una piedra de 30 centímetros sin ningún esfuerzo.

Tampoco existe ningún otro resto de esa cultura que creó las piedras. Unas ruinas, un hueso, o dos, una tumba, un templo, un observatorio, un hospital, un aeropuerto… nada. Simplemente un montón de piedras de una cultura que nos las dejó aquí para que nos rompiéramos la cabeza y que se marcharon montados en sus naves voladoras llevándose consigo todas sus pertenencias.

Para Cabrera, que aparentemente además de ser un experto en peces extinguidos, lo era también en rocas volcánicas, la andesita es muy difícil de tallar usando instrumentos de piedra. Las piedras han sido grabadas eliminando la capa oxidada de su superficie. Cabrera asumía que las culturas maya, inca y azteca solo disponían de instrumentos de piedra para haber tallado estas piedras. Todas estas culturas tenían metalurgia avanzada en el tiempo en el que los españoles llegaron a sus tierras.

¿Son las piedras auténticas?

Si por ser auténticas entendemos que fueron grabadas por la cultura precolombina, la respuesta es «no todas lo son«. Es posible que alguna de las piezas sea efectivamente un grabado precolombino, pero la gran mayoría de ellas son falsificaciones hechas para los turistas, posiblemente con una dremel o alguna herramienta similar. Y seguramente, que ninguna de las piezas verdaderas tiene representaciones de dinosaurios, o artefactos voladores. Eso seguro.

Referencias:

http://www.skepdic.com/icastones.html

http://explayandose.zoomblog.com/archivo/2007/11/04/las-Piedras-De-Ica-En-Peru.html

  • @George ale:
    Mientras tanto me seguiré riendo yo de ti.

  • @ George ale:
    Lo que se ha destapado es tu necesidad de agredir.

    Ahora falta saber el motivo; lo que ha originado esa necesidad. Pero este es tu problema.

    Que una piedras talladas por ahí no es para hacerse un problema; vamos.

  • @ George ale:
    Y ¿cuándo va a ocurrir tan notable suceso? Mira que ya lleva siete años la noticia en la web y no se ha oído nada nuevo.

  • @ George ale:
    Me recuerdas a esos que, hace muchos años, decían aquello de «Algún día se desclasificarán los archivos secretos de los gobiernos, ¡y entonces se sabrá la verdad!»

    ¿Y sabes qué ocurrió? Que pasaron los años, los archivos secretos se desclasificaron, y… ¡nada de nada!

    Si de verdad tienes tantas ganas de reírte, te recomiendo que te busques otro chiste.

  • El conocimiento siempre es de agradecer, aunque no siempre convenga a nuestras propias suposiciones. Y si se debate educadamente, infinitamente mejor.
    Me llama la atención que sean cincuenta mil piedras. Pongamos que una parte haya sido falsificada,pero ¿Tantas?.
    Me da pena el tema de las falsificaciones, porque oscurecen la posible verdad en tantas cosas.
    Creo que hay suficientes indicios, que no pruebas, de antiguas civilizaciones extinguidas y sin saber de ellas. El porqué de ocultarlo, sería una buena pregunta.
    Sobre los documentos desclasificados, me da risa, porque ni se me pasa por la cabeza, que se hagan públicos documentos que no interesen.



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