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SIDA y tontos útiles: Operación Infektion

Es difícil tener una discusión medianamente larga con un conspiranóico desde una perspectiva racional sin ser acusado, tarde o temprano de estar al servicio de poderes ocultos o, al menos, de ser una marioneta del gobierno o cualquier otra fuerza que, en la mente del conspiranóico, quiere dominarnos y esclavizarnos. No deja de ser una acusación irónica, ya que es mucho más manipulable el que cree cualquier historia sin pruebas algunas que el que exige algún tipo de evidencia para aceptar una afirmación. Y la siguiente historia es uno de los muchos ejemplos que se han dado desde que el mundo es mundo. Leer Más...

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La teoría del pico del petróleo de Hubbert

Gracias a todos por la gran participación que ha tenido la iniciativa ¿Alguna pregunta?en la que los lectores podéis preguntar y sugerir temas que os interesen para futuras entradas. A pesar de la intervención de los trolls habituales, la reacción ha sido estupenda y hay un montón de temas pendientes. En esta entrada trataremos sobre el tema que ha sugerido flanagan: la teoría del pico del petróleo de Hubbert.Marion K. Hubbert fue un geólogo estadounidense que desarrolló un modelo sobre la producción y agotamiento del petróleo en los años 1950 mientras trabajaba para la Shell Oil Company en Texas. Hubbert se dio cuenta de que la producción de petróleo de una determinada región tenía aproximadamente forma de campanay desarrolló un modelo matemático para predecirla. Según este modelo, una vez que se descubre petróleo en una región, la producción aumenta más o menos exponencialmente a medida que se construyen más instalaciones de extracción. Cuando se ha extraído más o menos la mitad del petróleo disponible, construir más pozos no aumentará la producción y, además, la producción de los ya existentes disminuirá por el agotamiento de las reservas, por lo que la producción caerá de forma exponencial creando una curva aproximadamente simétrica. Leer Más...

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Un poco sobre psicología conspiracionista

Si hay dos cosas que abundan en internet estas son sexo y conspiraciones. Es casi imposible que cualquiera que haya navegado por internet más de cinco minutos no se haya encontrado con ambas, incluso sin buscarlas. Y aunque el caso del primero sea comprensible y nadie se sorprenda de ello (más allá de consideraciones morales), el caso de las conspiraciones es algo realmente sorprendente, no porque no existan conspiraciones reales, sino por la cantidad, incompatibilidad e incluso la absurdez de muchas de ellas y, a pesar de eso, la cantidad de gente que cree en ellas.Desde hace mucho tiempo, esto ha llamado la atención de psicólogos y sociólogos, y existen muchos artículos científicos sobre diferentes aspectos de este fenómeno. En esta entrada hablaré sobre dos artículos bastante interesantes que fueron publicados por Karen Douglas y Robbie Sutton, dos psicólogos de la Universidad de Kent, Reino Unido.En el primero de ellos, «Does it take one to know one? Endorsementof conspiracy theories is influenced by personal willingness to conspire», estudian cómo influye la moral personal de una persona en su disposición a aceptar una teoría conspiracionista. Su hipótesis de partida es que, esta disposición está influenciada, al menos en parte, por el fenómeno de proyección psicológica. Según esta hipótesis, si uno estaría dispuesto a conspirar de estar en la situación de hacerlo, es más probable que crea que otros lo hacen, un poco en la línea de «cree el ladrón que todos son de su condición». Para probar esto realizaron dos experimentos con estudiantes universitarios. En el primer experimento, los participantes rellenaron un cuestionario para medir su grado de «maquiavelismo», es decir, el grado en el que tienden a ver a los demás como susceptibles de ser manipulados para sus propios intereses. A continuación contestaron a otro cuestionario en el que tenían que responder con qué probabilidad (desde 1, «nunca, bajo ninguna circunstancia», hasta 7, «probablemente sí») habrían participado en diferentes conspiraciones, de haber estado en la posición de los supuestos conspiradores. Por ejemplo, «Si estuvieras en un puesto gubernamental, ¿habrías ordenado el ataque a las Torres Gemelas?». Y finalmente se les preguntó cómo de probable consideraban que dichas conspiraciones fueran ciertas.

Los resultados son, cuanto menos, curiosos. El grado de maquiavelismo se encuentra relacionado tanto con la disposición de los sujetos a participar en una conspiración como en la creencia en conspiraciones, y la disposición a participar en conspiraciones, a su vez, tiene una correlación positiva con la creencia en ellas. Pero no sólo eso, sino que si te tiene en cuenta ambos factores al mismo tiempo, la disposición a participar en conspiraciones explica casi toda la correlación con la conspiranoia. Leer Más...

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La abducción de Pascagoula: el diablo está en los detalles

En un blog de internet, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que leí la historia de un caso «irrefutable» de abducción alienígena. En realidad, la historia ha estado circulando por los círculos ufológicos (y luego por páginas magufas de internet) desde 1973 sin el más mínimo atisbo de sentido crítico por parte de los creyentes, que se limitan a copiar, pegar y creer sin más. Pero resulta que cuando uno indaga un poquito se encuentra con que la historia cambia de forma drástica y la «irrefutabilidad» deja de ser tal. Veamos primero la historia tal y como lo cuentan en el 90% de los sitios.

La versión magufa

Resulta que, una noche de Octubre de 1973, dos trabajadores de un astillero (Charles Hickson, de 42 años y Calvin Parker, de 19) se encontraban pescando en un muelle del río Pascagoula, Mississippi. De repente, escucharon un zumbido detrás suya y vieron luces y, al girarse vieron una nave con forma de cigarro de 30 a 40 pies (entre 9 y 12m.) de largo y de 8 a 10 pies (2,4 a 3m.) de alto, levitando a medio metro de altura. De una compuerta de la nave salieron tres criaturas que los capturaron y los llevaron paralizados y levitando hacia la nave. Parker dijo que en ese momento se desmayó, por lo que a partir de este momento, la única fuente es Hickson.
Los alienígenas eran humanoides de alrededor de un metro y medio de altura. Su piel era pálida y rugosa, no tenían ojos y la cabeza salía directamente de los hombros, sin cuello. En la cabeza tenían tres prominencias con forma de zanahoria al frente y a los lados, sus «manos» eran parecidas a pinzas y sólo tenían una pierna o tenían las dos piernas fusionadas.
En la nave les estuvieron examinando durante 20 minutos y cuando terminaron, los devolvieron fuera de la nave y se fueron. Parece ser que, después de recuperarse, llamaron a la Base de la Fuerza Aérea Kessler, en Biloxi. Allí les dijeron que hablaran con el sheriff local, y eso hicieron, después de intentar contactar con alguien del periódico local.
El sheriff, que se ve que era un malvado escéptico, no se acabó de creer la historia y, después de interrogarlos por separado, los dejó juntos en la sala de interrogatorios y fue dejando a los dos hombres solos. Sin decírselo, dejó escondido un micrófono grabando, para poder desenmascarar el fraude. Pero resulta que en la grabación, los dos hombres mantenían la misma historia y parecían realmente afectados.
La noticia se difundió y, para combatir cualquier escepticismo, Hickson y Parker se sometieron a la prueba del polígrafo por consejo de su abogado, Joe Colingo, dando como resultado que estaban diciendo la verdad. Por si fuera poco, a los pocos días, entre la marabunta de periodistas y curiosos que acudieron a Pascagoula, aparecieron J.A. Harder y el idolatrado Allen Haynek. Harner intentó hipnotizarlos, pero no pudo por lo nerviosos que estaban, y Haynek, tras interrogarlos, concluyó que estaban diciendo la verdad. Leer Más...

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El discurso ¿que hizo que mataran a Kennedy?

Si hay algo que no deja de sorprenderme de los magufos es su capacidad para seleccionar palabras o expresiones aisladas de cualquier personaje público, ignorar olímpicamente el resto de lo que dijo la «víctima», y el contexto en el que lo hizo, y usarlo como prueba «irrefutable» de las más descabelladas ideas.

Uno de esos casos se da con el discurso que pronunció John F. Kennedy el 27 de Abril de 1961 ante la American Newspaper Publisher Association. El hecho de que se le ocurriera usar expresiones como «sociedades secretas» o «conspiraciones», hace que más de uno tenga un orgasmo y que se use insistentemente, mostrándolo como el motivo por el que lo mataron. Este es uno de los vídeos favoritos de los conspiranoicos: Leer Más...

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