Voyager 2 «hackeado» por aliens

«Recientemente Kevin Baines, físico y astrónomo de la NASA, ha mostrado los datos emitidos en el año 2010 por la sonda Voyager 2. Cuando estaba a 15.000.000.000 km de distancia, la sonda perdió el control y empezó a enviar datos extraños que parecían estar codificados en un idioma extraterrestre. Según la NASA se trataba de un error pero Kevin Baines, en contra de su propia agencia, se ha expuesto para revelar la verdad. ¿Alguien o algo se ha hecho con el control de la Voyager 2 pirateando su sistema?»

Pregunta formulada por el lector Esteban Martínez.

Este año se cumple el 40 aniversario del lanzamiento de una de las naves más míticas de la NASA, la Voyager 2. En estos momentos, se encuentra a una distancia de 17.000 millones de kilómetros, más allá del frente de choque de la heliosfera, zona donde el viento solar se detiene debido a la interacción con las partículas del medio interestelar.

Esta nave ha vuelto a la actualidad hace un par de meses, debido a la publicación en el medio physics-astronomy.com, de unas declaraciones de Kevin Baines, científico del JPL, en el que planteaba la posibilidad de que la nave podría haber sido hackeada, y estuviese emitiendo en un lenguaje alienígena.

Just about 10 billion miles away from the Earth and all of the sudden it starts sending data in the language we don’t understand. It can be called as an alien language.

A principios de mayo de 2010, un bit de la memoria RAM de la sonda pasó de 0 a 1, de algún modo que aun se desconoce. La Voyager, que envía datos a la Tierra de manera continua, empezó a generar datos ininteligibles.

Para Hartwig Hausdorf, un «científico» alemán de la talla de Erich von Däniken, esto es una evidencia de que una civilización extraterrestre ha tomado control de la nave.

Para Ed Stone, un científico de verdad implicado en el proyecto Voyager desde el Instituto de Tecnología de California en Pasadena, la causa del problema fue el impacto de una partícula de rayos cósmicos sobre la célula de memoria que almacenaba ese bit, que lo energizó haciéndolo cambiar de valor. Unas semanas después de diagnosticar el error, se reinició con éxito el ordenador de la nave subsanándose el problema.

Solo me quedé con la curiosidad de averiguar si Kevin Baines había pronunciado realmente las palabras de las que se hacía eco el medio physics-astronomy.com, así que se lo pregunté directamente por correo. Su respuesta fue tan rápida y escueta, como clara:

«No. I didn’t say that».  (Nunca dije eso)



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