Hongos radiotróficos

Cryptococcus neoformans

Hoy es el 30 aniversario de de la catástrofe de la central de Chernóbil. En la madrugada del 26 de abril de 1986, un aumento súbito de potencia en el reactor 4 produjo el sobrecalentamiento del núcleo y su explosión, provocando el peor accidente nuclear de la historia.

Tras el accidente, se estableció una zona de seguridad en un radio de 30 kilómetros de la central. En esa zona la contaminación es muy alta, pero hay organismos que no solo son capaces de soportar la radiación, sino que aparentemente la utilizan en sus procesos biológicos.

Se trata de los hongos radiotróficos, que  fueron descubiertos por primera vez en 1991, donde aparecieron como un moho negro creciendo dentro y en las cercanías del reactor número 4 de la central nuclear de Chernóbil. Estos hongos tienen una membrana cubierta de melanina (el mismo pigmento que constituye un filtro natural en nuestra piel contra los rayos ultravioleta), que podría no solo permitirles protegerse de la radiación gamma, sino aprovechar su energía.

De hecho, científicos que acudieron a las instalaciones de la central tras ocurrir el desastre, notaron que el agua de refrigeración en algunos reactores nucleares se había vuelto negra a consecuencia del crecimiento de colonias de hongos con melanina.

El microbiólogo Arturo Casadevall del Albert Einstein College of Medicine de Nueva York, sospechó que estos organismos no solo eran capaces de sobrevivir a la radiación, sino que crecían gracias a ella.

Para probar esta hipótesis, el equipo de Casadevall expuso a colonias de Cryptococcus neoformans a radiación gamma 500 veces más intensa que la radiación de fondo normal en la superficie de la Tierra. Las colonias crecieron hasta tres veces más rápido de lo normal. Una forma mutante del hongo que carece de melanina, creció a una velocidad normal.

Estos hallazgos sugieren que los rayos gamma provocan la excitación de electrones de la melanina, iniciando un proceso aún no conocido que terminaría en la producción de energía química. Esto podría ser similar a la forma en la que la fotosíntesis suministra energía a las plantas. Se especula que la melanina podría utilizar la energía no sólo de los rayos gamma, sino también de radiación menos energética, tales como los rayos X o los rayos ultravioleta.

Referencias
https://es.wikipedia.org/wiki/Hongo_radiotr%C3%B3fico



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