Homeópatas utilizan artimañas legales contra blogueros en Australia y Portugal

cuidado abogado

La homeopatía contiene agua, azúcar y mucha imaginación. Los homeópatas nos dicen que además también contiene una gran dosis de ciencia, aunque no he visto en ningún momento que puedan demostrarlo. ¡Ah! También tiene una cosa más: abogados.

Creo que es importante que se conozcan dos casos en los que los homeópatas están intentando acallar las críticas legítimas abusando de los procesos legales.

En Lisboa, Portugal, el bloguero Luis Graves Rodrigues ha sido demandado por una farmacia homeopática a la que mencionó en una entrada de 2007. En esa entrada Luis contrastaba la persecución del gobierno portugués a los productos farmacéuticos que no han pasado los controles y que se venden fuera del circuito oficial, con la permisividad ante la venta de productos homeopáticos.

En este establecimiento comercial son libre e impunemente vendidos al público, preparados misteriosos a precios astronómicos, aunque sean mistelas compuestas casi sólo por agua y nunca nadie haya conseguido demostrar su eficacia o siquiera su efecto.

Luis expone su indignación ante un sistema de regulación que permite que los productos homeopáticos se vendan como medicina, a pesar de que la regulación sanitaria portuguesa exige que los productos homeopáticos sean etiquetados como «de ningún valor terapéutico probado». La venta de CDs fuera del circuito oficial se persigue, pero la venta de “medicinas” sin embargo, se tolera.

Esta farmacia homeopática, cerca de 5 años después, acusa a Luis Graves de difamación por lo que deberá comparecer en los juzgados el próximo 17 de abril. Seguro que el Sr. Rodriguez hará un buen papel defendiéndose a sí mismo.

Se trata, obviamente, de una clarísima estrategia de intimidación, que solo persigue el continuar vendiendo impunemente sus «elixires» intentando hacer callar el ejercicio constitucional de la libertad de la expresión de una opinión científicamente fundamentada. Lo cual será obviamente demostrado en el juicio.

Esteremos atentos a lo que ocurre en Lisboa en los próximos días.

Mientras tanto en Australia, la homeópata Francine Scrayen y sus abogados le han enviado una carta de advertencia a bloguero Dan Buzzard. Realmente es asombroso que haya sido tan eficiente en aplicar soluciones legales, mientras que no lo fue tanto en encontrar un remedio para salvarle la vida a su paciente, Penélope Dingle. Trágicamente, la Sra. Dingle murió de cáncer rectal el 25 de agosto de 2005, habiendo pasado por un sufrimiento horrible e innecesario.

Lo que hace este caso de vandalismo jurídico verdaderamente repugnante y despreciable, es que la Sra. Scrayen está imputada en la muerte de Penélope.

Estas alegaciones no son sólo realizadas por blogueros y por la familia de Penélope, sino sobre todo por la misma Penélope. En el transcurso de su tratamiento por la Sra. Scrayen, Penélope iba escribiendo un diario, documentando cada contacto entre ella y su homeópata. Parece que lo hacía, porque estaba convencida de que  iba a necesitar esas anotaciones para un libro que quería escribir acerca de su milagrosa curación homeopática cuando sanase. Cuando era evidente que Penélope iba a morir, escribió una serie de cartas en las que se dejaba en claro que quería que la Sra. Scrayen asumiera su responsabilidad.

Hecho:
Si me hubiera realizado el enema que me mandó a hacer, el cirujano me dijo que mi intestino se habría partido. Si esto hubiera sucedido, en mi estado de debilidad habría sido poco probable que hubiera sobrevivido a la infección.
El cirujano me dijo que «si mi intestino se hubiese partido, habría muerto. Y que él no me podría haber salvado. »
Me gustaría que reflexionase sobre esto.

Hecho:
Si hubiera esperado otras 48 horas como usted me indicó, para que el remedio actuase, me habría muerto. El cirujano me dijo que no podría haber sobrevivido a otras 48 horas, lo que significa que habría muerto el lunes 13 de octubre 2003.
Reflexione sobre esto también.

Después de su muerte, los hermanos de Penélope le llevaron su diario y sus cartas al Juez de Instrucción y exigieron que se llevase a cabo una investigación. El bloguero Dan Buzzard escribió sobre el informe del forense y expresó sin tapujos su disgusto por las acciones de Francine Scrayen. El médico forense llegó a la conclusión de que:

Acepto que la señora Scrayen cree que la fallecida había sufrido de hemorroides años antes y que el sangrado y el dolor eran «viejos síntomas de esa enfermedad”, aunque un profesional de la salud competente, se habría alarmado por los síntomas y habría aconsejado encarecidamente que se realizasen pruebas médicas adicionales sin demora.

La señora Scrayen no era una profesional de la salud competente. Acepto que la señora Scrayen tenía una mínima capacidad sobre las cuestiones de salud pertinentes, lo que no impidió por desgracia que decidiese tomar a la persona fallecida como paciente.

Lamentablemente en el período comprendido entre abril y mayo de 2003 se desprende que la fallecida decidió rechazar el tratamiento convencional ofrecido por el profesor Platell y se dirigió a los remedios homeopáticos que ofrecía la Sra. Scrayen. Estoy convencido de que la señora Scrayen logró convencer a la difunta de que el tratamiento homeopático que le estaba dando podría proporcionar una cura para su cáncer.

En los meses de abril, mayo y junio de 2003 la fallecida cada vez tuvo más dependencia de la señora Scrayen, llegando en julio de 2003 a estar en contacto con ella casi todos los días. En esta etapa la relación entre la fallecida y Scrayen había ido mucho más allá de una relación profesional normal de paciente / doctor.

Durante el período en 2003 en el que la fallecida confiaba en el tratamiento proporcionado por Sra. Scrayen, no sólo se perdió cualquier posibilidad de que sobreviviera a la enfermedad, sino que sufrió un dolor extremo e innecesario. La investigación concluye que si la cirugía se hubiese realizado al principio, la mayor parte de ese dolor se habría evitado.

Esta situación se agrava aún más por el hecho de que la señora Scrayen aconsejó a la fallecida que evitase tomar medicamentos para reducir el dolor. La fallecida aceptó este consejo y sólo a regañadientes se tomaba algún analgésico.

Esta es la información que Francine Scrayen no quiere que usted sepa. No quiere que nadie sepa que ella no tuvo la capacidad de reconocer la gravedad de los síntomas de Penélope. No quiere que usted sepa que el médico forense llegó a la conclusión de que ella no era una profesional de la salud competente, en absoluto. No quiere que usted sepa que ella le dijo a Penélope que la homeopatía podría curar su cáncer. No quiere que usted sepa que ella convenció a Penélope de que tomar medicación para evitar el dolor intenso podría interferir con la curación que le habían prometido. No quiere que usted sepa que ella persistió con sus consejos, incluso cuando Penélope estaba tan cerca de la muerte que solo la cirugía de emergencia podría salvarle la vida.

¿Alguien puede razonablemente sostener la opinión de que Francine Scrayen está siendo injustamente criticada?

Artículo Original: Skeptic North

  • @ Mi verdad @ A.K.:

    Te he enviado un correo para avisarte. Lo has obviado. Te he baneado. Entras con otro nombre. Hazme el favor de discutir de esto en el foro. No se cómo te lo tengo que pedir.