Ulysses y la cola del cometa Hyakutake

Una de las cualidades más características de todos los magufos consiste en tomar descubrimientos y teorías científicas realmente interesantes y retorcerlas para que cuadren con sus retorcidos planteamientos.  Raro es el vendemotos que no apela a la mecánica cuántica para justificar los mayores absurdos.  Un ejemplo eso lo hemos tenido recientemente en los comentarios del artículo Del cometa Hale-Bopp al cometa Elenin, donde uno de estos «ilustres» visitantes usó el descubrimiento de que la sonda Ulysses había pasado por la cola del cometa Hyakutake para argumentar que el supuesto paso de la Tierra por la cola del cometa Elenin acarrearía toda clase de catástrofes.  Es una pena que alguien se tenga que inventar semejantes chorradas para dar un poco de interés a su vida, máxime cuando el descubrimiento en cuestión ya es de por sí muy interesante.

¿Qué es un cometa?

Los cometas son enormes conglomerados de hielo y roca que orbitan el Sol a grandes distancias, hasta que alguna perturbación gravitatoria los expulsa de su órbita y se internan en el interior del Sistema Solar.  Mientras se encuentran a en su órbita original en el cinturón de Kuiper o en la nube de Oort, permanecen completamente helados y no son muy diferentes de un asteroide normal.  Sin embargo, cuando su órbita les lleva a las cercanías del Sol, parte del hielo que contienen empieza a sublimarse, de forma parecida a como lo hace el hielo seco, formando una nube alrededor suya, la coma, compuesta por gas y polvo.  Al interaccionar con el viento solar, el gas de la coma se ioniza y empieza a brillar.  Además, el viento empuja al gas de la coma, que forma la característica cola cometaria siempre apuntando en dirección contraria al Sol.  Esta cola puede alcanzar longitudes de hasta dos veces la distancia de la Tierra al Sol y está formada por plasma, átomos y moléculas ionizados por la radiación solar.

El núcleo del cometa Halley emitiendo chorros de gas, fotografiado por la sonda Giotto.

Contrariamente a lo que podríamos esperar, el núcleo de un cometa es tremendamente oscuro.  La sonda Giotto encontró que el cometa Halley sólo reflejaba entre el 2.5 y el 3.0% de la luz solar.  Para hacernos una idea de cómo de oscuro es, el asfalto refleja el 7%.

Con el tiempo, un cometa, tras pasar muchas veces cerca del Sol pierde todo su material volátil, quedando inactivo.  Eso claro, siempre y cuando sobreviva, ya que muchas veces su perihelio le lleva muy cerca del Sol, y dado que son muy poco compacto, no es infrecuente que se fragmente.

La sonda Ulysses

La sonda Ulysses fue lanzada el 6 de Octubre de 1990 por la NASA y la ESA para estudiar el Sol desde todas las latitudes.  Hasta ese momento, todas las observaciones del Sol se habían hecho desde órbitas cercanas a la eclíptica, por lo que Ulysses representaría una fuente única de datos imposibles de obtener por otros métodos.

Impresión artística de la sonda Ulysses sobre el polo sur del Sol.

Gracias a los datos aportados por la sonda se realizaron una gran cantidad de descubrimientos, como que el polo sur del Sol es mucho más difuso y activo de lo que se esperaba, que la interacción del campo magnético solar interacciona de una manera mucho más complicada de lo esperado con el Sistema Solar, o que el viento solar es actualmente más débil que nunca desde que se empezaron a poner satélites en órbita.

Ulysses atraviesa la cola del Hyakutake

El 1 de Mayo de 1996, los instrumentos de la Ulysses detectaron una brusca caída en el flujo de protones.  Al mismo tiempo, el magnetómetro de la sonda detectó un cambio en la estructura del campo magnético consistente con el esperable en la cola de iones de un cometa.  Dado que la sonda el Hyakutake y el Sol se habían alineado 8 días anteriores (justo el tiempo que tardaría el material del cometa en recorrer la distancia que le separaba de la sonda, el responsable del fenómeno era claro.

La primera consecuencia fue que el cometa Hyakutake pasó a encabezar la lista de cometas con las colas más largas, 3.8 Unidades Astronómicas, superando el récord anterior de 2.2 UA del Gran Cometa de 1843.  El cambio detectado fue realmente muy pequeño, y sólo fue posible gracias a la gran precisión de los instrumentos de la Ulysses.  La velocidad medida del viento solar pasó de 750 km/s a 740 km/s, un cambio de poco más del 1%.  Los iones que forman el plasma de la cola cometaria son mucho más lentos que el viento solar.  A medida que se alejan, el viento solar las va acelerando poco a poco, hasta que llega un momento que igualan su velocidad y son, por tanto, indistinguibles de éste.  La sonda Ulysses tuvo la suerte de cruzar la cola en un punto cercano a ese momento, permitiendo a los astrónomos mejorar sus modelos sobre la dinámica del plasma cometario.

A la distancia a la que la cruzó la Ulysses, la cola tenía un diámetro de unos 7 millones de kilómetros, y el núcleo del cometa emitía alrededor de 1030 moléculas por segundo (unas 30 toneladas por segundo), y las medidas del instrumento de plasma sugiere que contenía una cantidad considerable de iones pesados, principalmente O+ y C+.  Pero hay que tener en mente algunos números.  La máxima densidad de partículas detectada en la coma del cometa fue de 0.0036 cm-3, como comparación, el vacío que se puede lograr actualmente con las bombas más sofisticadas alcanza las 100 partículas por centímetro cúbico.  Evidentemente, el atravesar la cola cometaria difícilmente tendrá consecuencia alguna, ni para un satélite ni para un planeta.

El magnetómetro de a bordo también proporcionó información muy valiosa sobre la estructura de la cola del cometa.  La cola está compuesta de partículas cargadas en movimiento lo que, de acuerdo con las leyes del electromagnetismo, produce un campo magnético, que interacciona de forma compleja con el campo magnético solar.  Pero de nuevo, hay que mantener en perspectiva la magnitud de lo que estamos hablando.  La perturbación inducida por el campo magnético de la cola cometaria es del orden de 0.5 nT.  Un imán de nevera típico genera un campo magnético de 5 mT, 10.000 veces superior.

Y más colas

Aunque no entraba dentro de los objetivos de la misión, el Hyakutake no fue el único cometa cuya cola atravesó y estudió la sonda Ulysses.  En 1999 y en 2000, sendas eyecciones de masa coronal permitieron que el plasma de las colas de los cometas C\1999 T1 McNaught-Hartley y C\2000 S5 SOHO alcanzaran a la Ulysses, a pesar de no estar alineados, aportando nuevos datos a nuestro conocimiento sobre los cometas y el medio interplanetario.

Es una pena que personajillos desesperados por vivir en cuentos de hadas o malas películas de Hollywood sean incapaces de apreciar la belleza y la importancia reales de descubrimientos científicos como este y necesiten inventarse historias absurdas en las que el que la Tierra atraviese flujos de materia más tenues que los mejores vacíos que somos capaces de crear actualmente o campos magnéticos más débiles que los de cualquier imán de nevera ocasiona terribles catástrofes.

Para más información

Identification of comet Hyakutake’s extremely long ion tail from magnetic field signatures.  Geraint H. Jones, Andrea Balogh & Timothy S. Horbury. Nature. 404 (2000): 574-576

Interception of comet Hyakutake’s ion tail at a distance of 500million kilometres. G. Gloeckler et al. Nature. 404 (2000): 576-578.

Ulysses Catches Another Comet by the Tail

Cometary Ions Trapped in a Coronal Mass Ejection

  • @ lamentira:

    no se olvide de mandarle un mail, de invitacion a classes a escribir las 10000000000000 veces…a Luis, y Leoniva.



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