Isaac Newton: a hombros de gigantes

Es una idea bastante extendida que la ciencia avanza gracias a genios que, de repente, se sacan de la nada una nueva teoría (paradigma es la palabra más querida para quienes se comparan con Galileo, Einstein, etc.) que lo revoluciona todo.  Y en el tiempo que transcurre entre dos revoluciones los científicos son una especie de loros que se limitan a repetir las enseñanzas de estos genios.  El origen de esta concepción de la ciencia probablemente provenga de la falacia muchas veces propagada interesadamente de que la ciencia no es más que otra religión u otro sistema de creencias basado en la fe, y por tanto, que funciona como estas, a base de profetas y enviados celestiales.  Nada más lejos de la realidad.  Como ejemplo, veamos la vida y obra de uno de los mayores científicos de la Historia: Sir Isaac Newton. 

Su personalidad

Newton no era precisamente una persona de trato fácil.  Era un puritano fanático religioso, egocéntrico, misógino (se dice que murió virgen y orgulloso de ello), manipulador, intolerante… Vamos, una joya.  El tipo de persona que nunca querrías como vecino, y mucho menos como jefe.  Sus disputas con Leibniz alcanzaron la categoría de conflicto internacional, y siguió atacándolo incluso después de muerto.  Escribía artículos bajo pseudónimo alabándose a sí mismo y no toleraba que nadie le hiciera sombra.  Estaba obsesionado con los plagios, por lo que escribía sus descubrimientos de la manera más complicada posible, para que sus rivales no pudieran entenderlos, y algunos de sus descubrimientos sólo los publicó gracias a las presiones de Edmund Halley, uno de sus pocos amigos.

El calculo diferencial

Aunque la contribución más conocida de Newton a la ciencia fue su Ley de la Gravedad, fue mucho más importante su invención del cálculo infinitesimal.  Esta herramienta matemática, aparte de su tremenda importancia, fue la que le permitió desarrollar buena parte de sus teorías físicas.  El uso de cantidades infinitamente pequeñas se remonta a Arquímedes, pero nunca lo consideró una herramienta rigurosa, sólo una ayuda que le servía como orientación.  Otros conceptos fundamentales del cálculo diferencial fueron desarrollados por matemáticos indios y árabes, como Sharaf al-Din al-Tusi.  Para su invención, Newton usó directamente el trabajo de matemáticos como Isaac Barrow, Pascal o Descartes, entre otros muchos.

Sin embargo, Newton no publicó sus desarrollos hasta bastantes años debido a que, en sus primeros tiempos, el uso del cálculo infinitesimal era poco riguroso y era sometido a duras críticas.  Y si había algo que Newton aborrecía era la crítica.  Al mismo tiempo, Gottfried Leibnitz desarrollaba de forma independiente y, al contrario que Newton, publicó una descripción detallada de sus trabajos en 1684.  La atribución de la paternidad del cálculo infinitesimal condujo a una de las más agrias polémicas de todos los tiempos en Ciencia.  La Royal Society, presidida por Newton, encargó un informe a un comité «imparcial» para zanjar el asunto.  El informe definitivo fue escrito por el propio Newton «en nombre del comité», por lo que supongo que no extrañarán a nadie sus conclusiones.  Incluso después de morir Leibnitz, Newton siguió atacándole y acusándole de plagio.  Para desgracia de Newton, la notación de Leibnitz era mucho más flexible y es la que ha acabado popularizándose y la que se usa en la mayor parte de los casos.

La ley de la gravedad

Durante el siglo XVII y XVIII, una de las áreas de investigación más importante era el desarrollo de un modelo planetario preciso.  Kepler había publicado sus tres leyes del movimiento planetario a principios del siglo XVII, sin embargo eran leyes empíricas sin ninguna justificación teórica.  En 1679-80, Newton intercambió algunas cartas con Robert Hooke, uno de los científicos más importantes de la época (fue el primero en definir una célula, en proponer una teoría de la evolución y desarrolló la «Ley de Hooke» de la elasticidad, entre otras muchas aportaciones).  Newton detestaba a Hooke desde que éste criticó alguna de sus ideas sobre óptica, sin embargo, a raíz de esta correspondencia se puso a investigar a sugerencia de Hooke la manera de probar que el movimiento elíptico de los planetas era debido a una fuerza centrípeta inversamente proporcional a la distancia de los cuerpos.  En 1686 se presentaba en la Royal Society el manuscrito de su Philosophiae Naturalis Principia Mathematica.  Hooke se sintió ofendido porque Newton no le hubiera dado ningún crédito y una nueva polémica estalló.  En una de sus cartas a Hooke, Newton le replicaba parafraseando a Bernard de Chartes:  «Si he visto un poco más lejos es porque me he elevado a hombros de gigantes».  Esto, que podría parecer una muestra de humildad por su parte, no era más que una puya encubierta a Hooke, que estaba algo acomplejado por su estatura y porque tenía algo de joroba.

Finalmente, Newton aceptó dar crédito a Hooke por su contribución, pero no sólo a él.  Finalmente, incluyó en sus agradecimientos a Wren y Halley.

  • @ JCarlosR:
    Todavía con el cuento del “Protocolo de los Sabios de Sion” :suicidio:

    No debería extrañarme demasiado, hace un par de años en una feria del libro me largaron de un puesto al contarle a mi pareja que el libro aunque presentado como cierto, no era mñas que una mala falsificación.

  • @ Nomar:

    ¿Siguen vendiendo esa mierda? Yo creí que solo se encontraba por internet.

    Hombre cuenta ¿como estuvo eso que te largaron?

  • JCarlosR dijo:

    Disculpa Javi, pero yo tengo entendido que los Illuminati (Rockefeller, Rothschild, Judíos, etc), controlan el mundo (y lo siguen haciendo)

    Nadie controla el mundo, chaval. Deja de ver películas de James Bond.

    JCarlosR dijo:

    pero el “Protocolo de los Sabios de Sion” deja bastante claro sus intenciones imperialistas, nos llaman goyim (infieles) a todos aquellos que no formamos parte del sionismo y Einstein defendió bastante el sionismo hasta su muerte.

    Los Protocolos de los Sabios de Sión son una falsificación realizada a principios del siglo XX por la policía secreta zarista.

    Einstein se opuso al sionismo. De hecho, rechazó la presidencia del Estado de Israel.

    Goyim no significa «infieles», significa «naciones», aunque también se usa como «no judío», por lo que el término es preciso, o eres judío o un goy.

    JCarlosR dijo:

    Por cierto, te faltó mencionar en los orígenes del cálculo a Madaba de Sangamagrama, un matemático hindú que vivió entre los siglos XVI-XVII del que sólo sabemos gracias a dos de sus discipulos que compilaron parte de su trabajo sobre series infinitas e inducción matemática.

    Hay muchos matemáticos en la Historia. No es el objetivo de esta entrada mencionarlos a todos.



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