La virgen que abre y cierra los ojos

Según un artículo del periodista Gianni Bonina, del diario «La Sicilia» del 23 de septiembre de 1994, el joven Domenico di Martino, de 24 años y con problemas de salud, fue a la iglesia con su cámara de video, con el fin de documentar la procesión de la Virgen de los Dolores, misma que no se realizó por cuestiones climáticas. Por consiguiente, comienza a grabar imágenes dentro de la iglesia, percatándose de que cuando capta a la estatua de la Virgen, ésta cierra y abre nuevamente los ojos, dejando estupefacto al joven siciliano.

Sin creer lo que ha visto a través de la cámara, Domenico se percata con sus propios ojos de que la estatua continúa haciendo el mismo gesto con sus ojos, corriendo a avisar al párroco, Paolo Mansueto, del fenómeno del que acaba de ser testigo. Sin creer demasiado en lo que escucha, el clérigo informa a Domenico que por lo menos una decena de personas ya le habían informado este particular, pero que no había tomado en serio sus afirmaciones. Pero teniendo una imagen en video es algo diferente, y ambos confirman de esta manera la veracidad del acontecimiento.

Esa misma noche, y dada la clamorosa experiencia, los feligreses comienzan a hablar del milagro abiertamente, y un fotógrafo local solicita una copia del video, para después de analizarlo, llegar a la conclusión de que no se trata de un fraude, sino que es una imagen verdadera. Misma conclusión a la que han llegado prácticamente todos los técnicos de televisiones de todo el mundo, que han podido tener acceso a dichas imágenes.

Así es como Miguel Muñoz,el Jaime Mausan mexicano de segundo o tercer prime time, describe el supuesto milagro de la Virgen Dolorosa de la iglesia de Santa María Maggiore de Ispica, en Sicilia, que abre y cierra los ojos ante la vista de todos los fieles.

La virgen es de un tamaño cari real por lo que el haberla cambiado por otra con algún mecanismo oculto es complicado. Pero si os fijáis con detenimiento en el momento en el que cierra los ojos notaréis  que cierra algo más. (minuto 1:35)

La cámara pierde el foco y se satura sobreexponiendo la imagen.  Esto hace que las partes negras se encoja. Como al mirar a un rostro nos fijamos principalmente en los ojos nos da la impresiónde que estos se cierran. Pero si nos fijamos en la boca notamos el mismo efecto. Por ello, o aceptamos que esta toma reproduce simplemente un efecto óptico, un afortunado efecto óptico para esta ciudad de Ispica, o bien llamamos a esta imagen «la virgen que abre y cierra los ojos y la boca, mueve las cejas y se le ensancha la cara».



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